En el Día del Periodista, una reflexión sobre la libertad de expresión
Edición Impresa | 7 de Junio de 2025 | 02:59

En el Día del Periodista los hombres y mujeres que intentan expresarse libremente a través de una prensa independiente, habiendo profesionalizado el ejercicio de un derecho constitucional, tienen poco que celebrar, aunque han cumplido con la ciudadanía informando y opinando a pesar de las presiones e insultos de altos funcionarios del gobierno y de parte de la oposición.
En la incipiente democracia argentina, la crisis de representatividad ha significado el descreimiento popular en las virtudes de instituciones fundamentales para la real vigencia de la democracia. Las corrupciones y la ineficacia de las administraciones anteriores son la base del poder logrado por el señor Milei que llegó a la presidencia sin el soporte de un partido político estructurado. Pero los fracasos del pasado no justifican las extralimitaciones ni la permanente agresión verbal a todo el que se atreva a opinar, informar algo que el gobierno no quiere que se sepa o reproducir puntos de vista de los opositores. Con este objetivo se desarrollan verdaderas campañas a través de anónimos, apoyando los insultos y difamaciones de un sector del oficialismo, lo que no quiere decir que esas sea la actitud de todos los que coinciden con el plan económico del gobierno, porque muchos lo hacen desde el convencimiento personal y sin la necesidad de descalificar o considerar enemigo a quien exprese otros puntos de vista.
La mejor felicitación que pueden recibir los periodistas es la mayor participación ciudadana en los medios. Los que realmente son periodistas saben que han profesionalizado un derecho constitucional de todos los ciudadanos y que en la medida que muchos lo ejerzan, lejos de competir con los profesionales, fortalecerán a la prensa para la que redactores, columnistas y reporteros trabajan.
Lamentablemente, se está tratando de imponer “la verdad”, y para ello se utilizan batallones de personas que inundan las redes con anónimos para aturdir y generar confusiones. Se está llegando a excesos, y en esos casos la justicia debería actuar rápidamente como frente ante maniobras absolutamente ilegales como la propagación del video durante el día de las elecciones de la ciudad de Buenos Aires, cuando se difundió una falsificación con la imagen de Mauricio Macri que anunciaba el retiro del Pro de los comicios. Un importante dirigente mencionado como posible candidato a diputado provincial, llegó a afirmar que era parte del “brazo armado” del pensamiento libertario, sin aclarar que aparentemente las armas son, a través de anónimos, intentar desprestigiar a toda figura que se atreva a esbozar una idea diferente a las del oficialismo.
Es cierto que las primeras víctimas de quienes presumen de ser dueños de la verdad son los periodistas, pero después se pretenderá callar a todos, como ha ocurrido en tantos países y hasta puede estar sucediendo en los Estados Unidos de América. Sin libertad de expresión y un pacífico debate el sistema está lejos de poder definirse como democracia.
Gracias a la tecnología hoy el diario está en condiciones, sin límites de espacio, de reproducir todos los artículos que envíen los ciudadanos con los más diferentes puntos de vista, con la única condición de que se identifiquen. La apertura es tan amplia que, en la edición digital, debajo de cada artículo, las personas que se identifican tienen toda la libertad, salvo la de insultar, calumniar, o incitar a la violencia, para opinar distinto y criticar el artículo. A veces sin exponer argumentos se pretende descalificar el contenido de un artículo llamando “pasquín” al diario, lo que se reproduce sin responder de la misma manera.
La mayor contribución que se puede hacer es la moderación en la crítica y mantener el intercambio de ideas y los debates polémicos sin suponer que el otro es un enemigo, o un corrupto o un ignorante. Las columnas de EL DIA son una tribuna abierta para todos los ciudadanos, que puede ejercer la libertad de expresión a través de ella. El punto de vista y la concepción del diario es una más, está muy lejos de pretender ser la única o la de mayor autoridad. Vale la pena repetir, en el Día del Periodista la mejor felicitación es que todos ejerzan el derecho a la libre expresión, sin dejarse intimidar por trolls y amenazas.
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