Un preso hostigaba a su ex desde la cárcel de Olmos
Edición Impresa | 16 de Julio de 2025 | 03:00

En la facultad de Derecho deberían usar el caso como un “manual de la violencia de género”. La víctima, vecina de Punta Lara, vivió un infierno y aún padece las consecuencias, pese a que el acusado está detenido, pero no desprovisto de tecnología, con la cual, de acuerdo se sostuvo en sede penal, se encargó de amenazarla, hostigarla y perseguirla, incluso subiendo fotos del hijo que tienen en común.
Todo se remonta a 2020, cuando el imputado, identificado por sus iniciales C. G. R. B., se presentó en la casa de su expareja B. J. M, en Ensenada, y bajo engaños le pidió que lo acompañara al hospital Cestino. Sin embargo, el plan era otro muy distinto.
“Ahora vas a saber lo que te espera, te pensás que te vas a llevar todo de arriba, lo que me hiciste p..., te voy a matar y me quedo con el nene. Voy preso y luego lo recupero, pero vos vas a estar bajo tierra”, le espetó según fuentes de tribunales.
Así -en base a los mismos voceros- fue como la condujo a su domicilio, donde la ató de pies y manos, la amordazó y le ocasionó múltiples lesiones en distintas partes de su cuerpo.
También, de acuerdo a lo indicado por los informantes, hubo otras situaciones gravísimas, que estarían por saltar a la luz, aunque aún no fueron denunciadas.
En breve, se haría el debate oral, ya que el hombre pudo ser detenido.
Originariamente el expediente estuvo radicado en el Juzgado Correccional a cargo de Eduardo Eskenazi, pero al empezar a escuchar el relato de la denunciante, le pidió que hiciera silencio y mandó las actuaciones a un órgano criminal, entendiendo que el delito en discusión excedía el marco de su fuero. Así salió sorteado el Tribunal número 5.
A la mujer, de acuerdo a lo que sostuvo la fiscal Marina Ruffino en el auto de elevación a juicio, la mantuvo más de un día privada de su libertad, tiempo en el que se prolongaron las agresiones e intimidaciones.
Ella, se indicó, tiene miedo, terror, pánico. Sufre horrores y no puede liberarse de tantas tensiones, pese a que recibe asistencia psicológica y de sus seres queridos. Más cuando él empezó a escribirle desde distintos perfiles de la red social Instagram, siendo que está privado de la libertad en la emblemática Unidad Nº 1 de Lisandro Olmos.
Sus allegados mencionaron que “solo se sentiría liberada si se hace justicia” y el agresor “se pudre en la cárcel”, completaron.
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