Alarma ecológica: reclaman “justicia climática”

Las conferencias episcopales del Sur Global hicieron un llamamiento conjunto pidiendo soluciones para el calentamiento, que contemplen a los países pobres

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Obispos católicos de Asia, África y América Latina exigieron justicia climática para las regiones del mundo más afectadas por el aumento de las temperaturas y rechazaron lo que calificaron como las “falsas soluciones” promovidas por los países ricos, en una declaración que refleja creciente urgencia y tensión ante la crisis ambiental global.

El pronunciamiento se produjo mientras Europa atraviesa una histórica ola de calor que azota incluso al Vaticano, en Roma, y mientras fríos extremos impactan en varias naciones del hemisferio sur, como la Argentina. Estos fenómenos, aseguran los prelados, son signos claros de un sistema climático cada vez más inestable, que golpea con más dureza a las comunidades pobres y vulnerables.

UN LLAMADO SIN PRECEDENTES ANTES DE LA CUMBRE EN BRASIL

Las conferencias episcopales continentales del Sur Global redactaron este primer llamamiento ecológico conjunto en vísperas de la próxima conferencia climática de la ONU (COP30) que se celebrará en noviembre en Belém, Brasil.

En este documento, los obispos retoman los insistentes llamados ambientales del papa Francisco durante sus 12 años de pontificado, aunque con un tono menos diplomático y mucho más urgente.

Los prelados criticaron con dureza lo que consideran una “postura abiertamente negacionista y apática” de las “llamadas élites de poder” en el mundo industrializado, a las que acusan de presionar a sus gobiernos para frenar o retroceder en las políticas de mitigación y adaptación necesarias para enfrentar el cambio climático.

“Las propuestas actuales simplemente perpetúan la explotación de la creación de Dios y de las personas más vulnerables. Lo que realmente se necesita es el abandono completo de los combustibles fósiles y un nuevo modelo económico que valore el bien común”, sostuvieron los obispos en el texto.

En la presentación del documento, el cardenal Fridolin Ambongo Besungu, arzobispo de Kinshasa, en la República Democrática del Congo, subrayó que la declaración “no es solo un análisis, sino un grito de dignidad”.

“Exigimos justicia climática como un derecho humano y espiritual”, expresó Ambongo durante una conferencia de prensa en el Vaticano.

RECHAZO A LA “ECONOMÍA VERDE”

En el documento, los obispos denunciaron lo que califican de contradicciones flagrantes en la política climática actual, señalando que es “seriamente contradictorio” financiar la transición a energías limpias con las ganancias obtenidas de la extracción de petróleo.

Además, advirtieron que los mercados de carbono y la minería para tecnologías verdes representan “falsas soluciones”, al considerar que esta “economía verde” sirve en realidad para una “reestructuración ecológica del capitalismo” que concentra nuevamente el poder económico y político en grandes corporaciones y estructuras regulatorias, en lugar de ponerlo al servicio de los pueblos y del planeta.

FRANCISCO Y EL LEGADO VERDE

El papa Francisco ha convertido la defensa del ambiente en una de las banderas más visibles de su pontificado. Su encíclica Laudato Si’, publicada en 2015, se convirtió en un documento clave para movimientos ambientales, tanto dentro como fuera de la Iglesia.

Por su parte, el papa León XIV ha manifestado su intención de continuar con la agenda ambiental de Francisco. En los últimos meses, visitó el futuro emplazamiento de un gran parque solar en el Vaticano y ha anunciado planes para pasar el verano en la residencia papal fuera de Roma, que Francisco transformó en un centro dedicado a la sostenibilidad y al estudio ambiental.

EXPECTATIVAS DE CARA A LA COP30

Los obispos del Sur Global esperan que la COP30 en Brasil pueda ser un punto de inflexión para colocar en el centro de la agenda climática mundial la justicia social, la defensa de la biodiversidad y la protección de los pueblos más vulnerables. “Es hora de pasar de los discursos a las acciones reales. No queremos más palabras, sino compromisos firmes y efectivos”, reclamó el cardenal Ambongo, dejando claro que, para la Iglesia del Sur, la crisis climática no es solo un problema ambiental, sino un imperativo moral y espiritual.

 

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