Fuerte crítica por el cierre de Vialidad Nacional

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El ex director de Vialidad provincial, viceministro de Obras Públicas y egresado del MIT en regulación de servicios públicos, Guillermo Peralta dijo que la disolución de Vialidad Nacional “indica que vamos camino a un desastre y lo proyectado en las concesiones que vendrán no traerá soluciones sino nuevos problemas”.

El funcionario, ex docente e investigador de la Universidad Nacional de La Plata se preguntó “¿dónde va a parar el impuesto a los combustibles que la Nación retacea a las provincias, que están destinados a la reparación y el mantenimiento?”.

Sostuvo que las “principales rutas nacionales como la 3, 5, 7, 9, se encuentran actualmente concesionadas, se sigue cobrando peajes, pero se ha abandonado el mantenimiento, incumpliendo absolutamente el Contrato de Concesión”.

Recordó que “la Ley 17520 de concesiones del Estado Nacional establece que las tarifas no pueden ser mayores al beneficio que las mismas otorgan al usuario mediante su inversión”.

“El sistema de peajes en todo el mundo se aplica en forma acotada y solo para vías de gran tránsito en zonas, o países de gran densidad demográfica para vías exclusivas. Pretender que es una solución en sí misma es una gran falacia”, agregó.

Destacó que podría existir “una Concesión donde no exista el cobro de peaje y la misma sea de carácter subsidiado por el estado, como los mantenimientos que hacía Vialidad Nacional en rutas de bajo tránsito (CREMA)”.

Puntualizó que “el pliego de Especificaciones Técnicas Generales vale para todos los corredores que se licitarán y en principio no pone condiciones claras sobre la calidad del estado de la calzada, tal como lo hacía Vialidad Nacional”.

“Esto es importante porque es parte del método de la AASHTO de la Asociación de Carreteras de EEUU, que se ha utilizado desde la década del 60, para diseñar y evaluar las calzadas. Se trata de una herramienta fundamental para evaluar el servicio que se le presta al usuario tanto en calidad como en su beneficio económico”, dijo.

Señaló que “otra situación insólita que surge del pliego es que el concesionario ante los incumplimientos, aún graves, no deja de cobrar el peaje. Tampoco se condicionan las obras mínimas al aumento del tránsito, o sea que el concesionario no está obligado a nuevas obras a pesar de recaudar más”.

 

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