Pesadilla de madrugada: una pareja de jubilados la pasó horrible

Cinco delincuentes encapuchados despertaron a las víctimas con una pistola y amenazas constantes, para después revolver todas las dependencias de la vivienda y escapar con dinero, cuchillas y documentación

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Una noche que parecía tranquila terminó convirtiéndose en una verdadera pesadilla para un matrimonio de jubilados de 72 y 73 años.

Eran cerca de las tres de la madrugada cuando, en su vivienda de la esquina de 140 y 49, comenzaron a escuchar ruidos extraños a muy corta distancia.

Confundidos y aún somnolientos, se levantaron sin imaginar que estaban por enfrentar el momento más aterrador de sus vidas.

Al salir de la habitación, se encontraron con una escena de terror: cinco hombres encapuchados, con guantes y uno de ellos empuñando un revólver, los esperaban en silencio, listos para concretar el atraco.

Los delincuentes no dudaron ni por un instante. Con movimientos firmes, los acorralaron, les exigieron que no se resistieran y comenzaron a revisar cada rincón del hogar.

La pareja, paralizada por el miedo, obedeció sin oponer resistencia, sabiendo que cualquier reacción podía desatar una tragedia.

Mientras el revólver brillaba bajo la tenue luz del pasillo, los ladrones se repartían las tareas: uno vigilaba, otro exigía dinero, y los demás revolvían muebles, cajones y placares.

En cuestión de minutos se llevaron 150 mil pesos, cuatro cuchillas de gran tamaño, tarjetas bancarias, la billetera del dueño de casa y documentación personal.

El matrimonio, aunque no sufrió lesiones físicas, quedó completamente devastado por lo vivido.

La sensación de vulnerabilidad, la invasión de su espacio más íntimo y la amenaza constante de ese arma apuntándoles a pocos metros, dejaron una huella imborrable. A lo largo del robo, los delincuentes no dijeron quiénes eran ni dieron indicios de por qué habían elegido esa casa.

Todo apunta a que se trató de un golpe al voleo, una incursión planificada en un barrio donde presumieron que podían encontrar una vivienda con ahorros y pocos sistemas de defensa.

El nivel de organización, la rapidez del accionar y la violencia implícita en su forma de proceder, hacen sospechar que podría tratarse de una banda ya experimentada en este tipo de atracos.

La investigación ya está en marcha y por estas horas los peritos analizan con detalle las imágenes captadas por cámaras de seguridad de la zona.

Este violento episodio vuelve a poner en primer plano la dramática situación que enfrentan muchos adultos mayores.

Lejos de ser protegidos, los jubilados parecen haberse convertido en el blanco favorito de bandas sin escrúpulos que no dudan en aprovechar cada una de sus debilidades: problemas de movilidad, dificultades visuales, audición reducida, miedo al daño físico.

Para los delincuentes, estas limitaciones son herramientas útiles para imponer el terror y asegurarse el botín sin mayores complicaciones.

Lo que alguna vez fue sinónimo de sabiduría y respeto, hoy parece ser visto por algunos como una oportunidad para saquear sin resistencia.

 

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