No existe la temporada baja para entrenar

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En los meses fríos, las excusas para no moverse parecen multiplicarse: que está oscuro, que duele el cuerpo, que no da salir de la cama. Sin embargo, cada vez más personas sostienen entrenamientos durante todo el año, aunque no sean deportistas ni tengan metas competitivas. Según el profesor en Educación Física Rodrigo San Martín, especializado en entrenamiento personalizado para principiantes, este fenómeno se vincula con algo muy sencillo: “La obtención de un hábito que hace bien, y que es recomendable sostener a lo largo de todo el año”.

El docente plantea una diferencia clara entre quienes ya están habituados a rutinas deportivas organizadas y quienes están dando sus primeros pasos en la actividad física. En los primeros, no hay mayores sobresaltos estacionales: siguen entrenando porque ya lo tienen incorporado. En cambio, para los que recién empiezan, el entrenamiento durante el invierno puede traer una serie de beneficios adicionales: “Es importante, en cuanto permite controlar las fases del sueño nocturno, al mismo tiempo que amortigua el cambio de la dieta y la sensación de bienestar, ese cansancio lindo al finalizar los entrenamientos, durante lo que dura la temporada de invierno”, dijo San Martín.

Para quienes dan el primer paso en los meses de frío, San Martín recomienda prestar atención a ciertos detalles prácticos. Uno de ellos es la entrada en calor, que considera fundamental no sólo para evitar lesiones como contracturas o desgarros, sino también para predisponer el cuerpo de forma adecuada antes del esfuerzo. También sugiere diseñar sesiones dinámicas, con pausas breves que eviten el enfriamiento entre ejercicios. Otro aspecto importante es el vestuario: “Hay que tener una buena estrategia de control de la temperatura a través de la vestimenta, abrigarse con capas livianas, de manera de irse sacando si es necesario”.

Pero no se trata sólo de técnica, sino también de logística y motivación. Por eso, San Martín subraya que puede ser útil elegir lugares cercanos al domicilio para entrenar, y que hacerlo con amigos, vecinos o familiares contribuye al entusiasmo sostenido. En ciudades como La Plata, donde el profesional reside, los parques y plazas ofrecen múltiples recursos para la práctica al aire libre: “Podés utilizar las distancias entre postes o cualquier referencia que encuentres. También los pasamanos y escalones se utilizan para entrenamiento de la fuerza. Siempre tener en cuenta como referencia el propio cuerpo: comenzar de a poco, aunque sean entrenamientos cortos y livianos también nos ayudan a mantener la salud”.

El profesor advierte además sobre una tendencia que circula en ciertos ámbitos del fitness: la idea de que entrenar en frío puede mejorar el rendimiento. Aunque reconoce que hay quienes sostienen que las bajas temperaturas fuerzan al cuerpo a una termorregulación exigente y, por lo tanto, podrían mejorar el desempeño, prefiere ser cauto: “No estoy tan seguro si una persona podría mejorar sus marcas o repeticiones en los días más fríos, pero podría suceder. En tal caso, vale aclarar que: frente a dos escenarios posibles -calor extremo o frío extremo-, es preferible entrenar con mucho frío a entrenar con mucho calor”.

El profe Rodrigo San Martín diseñando la rutina / Instagram @rodrigosanmartinprofe

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