VIDEO.- Demolición en La Plata: día 2, un barrio en vilo y 190 afectados por el operativo en el depósito

El trabajo “mecanizado” seguirá en etapas, de arriba a abajo para reducir el riesgo en las edificaciones aledañas. Comercios a media máquina y tránsito restringido

Luego de 12 largos días de incertidumbre sobre el futuro del calcinado depósito de electrodomésticos, desde la Municipalidad de La Plata, junto con los equipos técnicos de la empresa privada Grupo Mitre, comenzaron las tareas de demolición en la zona de diagonal 77 y 48. Según se informó oficialmente, los trabajos durarán tres semanas, lo que afectará la cotidianidad de los vecinos que no podrán regresar a sus hogares durante ese lapso.

Tuvieron que pasar varias jornadas para que finalmente se llegue al “comienzo” del final. Desde aquella mañana del 16 de julio, cuando el edificio se incendió, los vecinos y comerciantes se encuentran atados a una realidad que complica sus actividades.

El siniestro, que consumió gran parte del edificio de diagonal 77 y 48, no solo transformó la escena diaria de transeúntes y el ritmo habitual de un barrio céntrico en lo que ahora es un panorama lleno de escombros, olor a quemado, tránsito cortado y comercios casi cerrados, sino también que obligó a evacuar a 190 personas que no podrán vivir en sus hogares con normalidad hasta el final de las tareas.

A partir de que la Justicia local autorizó el pasado jueves el inicio de la demolición del inmueble por el inminente peligro de derrumbe, desde la Municipalidad de La Plata se encargó el operativo al Grupo Mitre, una compañía de Munro, Buenos Aires, que -según informaron oficialmente- se especializa en demoliciones y obras de infraestructura. En ese contexto, de manera casi inmediata, durante la jornada del viernes camiones de gran porte y grúas comenzaron a preparar y limpiar el terreno para el megaoperativo.

El método que se optó

Tras los peritajes de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata, cuyos investigadores habían advertido un riesgo de colapso y la presencia de tanques de combustible en el subsuelo, el equipo a cargo eligió utilizar la “demolición mecánica”, con lo que se descartaron métodos más agresivos o menos controlables, debido a la complejidad del escenario en cuestión.

El proceso, de técnica meticulosa, implica la descarga progresiva de peso, con un trabajo de arriba hacia abajo para aliviar la estructura sin generar nuevos riesgos.

Con maquinaria ya instalada y un procedimiento seleccionado, ayer, a partir de las 10.20 de la mañana, inició al proceso que llevará semanas de intensos trabajos. Con la ayuda de dos grúas de gran porte con brazos de 21 metros -una equipada con una mordaza que actúa desde el exterior y otra con una pala para remover los componentes internos más inestables- la escena vista desde afuera es digna de una película de ciencia ficción, en donde todo se imagina como una enorme boca que va “comiendo” parte de la estructura.

Durante gran parte del lunes, los operarios especializados se movieron entre escombros, vigas retorcidas y paredes vencidas, bajo la atenta supervisión de expertos del Colegio de Ingenieros y del Departamento de Ingeniería Civil de la Universidad Tecnológica Nacional.

El operativo no solo involucra a técnicos y trabajadores de la empresa privada contratada, sino que, además, participan funcionarios y agentes de múltiples áreas municipales, junto a efectivos de la Policía Bonaerense, Infantería, Bomberos, Defensa Civil y la Cruz Roja.

Vecinos afectados

A pesar del despliegue operacional, aún persisten dudas sobre el estado de las construcciones linderas. Por tal motivo, hay familias damnificadas, directas e indirectas, que debieron ser evacuadas. Si bien, cabe destacar que, de ese total, 20 personas fueron alojados en hoteles y actualmente, solo 7 individuos permanecen en las habitaciones, la rutina del resto de los vecinos quedó bajo seguimiento obligado y estricto.

Diariamente y como un reloj, los residentes deben abandonar sus hogares a las 7 de la mañana y solo pueden regresar a partir de las 19 para descansar, una vez que cesan las tareas de demolición.

Los comerciantes de la zona siguen afectados, ya que pueden abrir sus locales con restricciones: accesos limitados y baja circulación de gente en la zona, lo que impacta en sus recaudaciones.

El tránsito permanecerá completamente interrumpido, sin novedad sobre su retorno a la normalidad.

El Municipio asume la responsabilidad del operativo, aunque, según las fuentes, legalmente corresponde a la propietaria del inmueble, lo que anticipa una larga puja legal por lo que vendrá.

 

 

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