Argentina declaró terrorista al Cártel de los Soles y se alineó con la estrategia de Estados Unidos
| 26 de Agosto de 2025 | 17:55

El Gobierno argentino declaró al Cártel de los Soles como organización terrorista, una resolución que profundiza el alineamiento de la administración de Javier Milei con los Estados Unidos y que tiene implicancias directas en materia de seguridad, política exterior y relaciones financieras internacionales.
La disposición se formalizó con la incorporación del grupo venezolano al Registro Público de Personas y Entidades vinculadas a Actos de Terrorismo y su Financiamiento (RePET). Desde ahora, Argentina podrá bloquear activos, aplicar sanciones financieras, restringir movimientos y reforzar controles sobre el sistema bancario para impedir que sea utilizado con fines ilícitos.
La medida fue el resultado de un trabajo conjunto de la Cancillería, que encabeza Gerardo Werthein, el Ministerio de Seguridad, dirigido por Patricia Bullrich, y el Ministerio de Justicia. Según el comunicado oficial, se trata de “dar cumplimiento a compromisos internacionales y consolidar un marco de cooperación con socios regionales frente al narcoterrorismo”.
Proyección del Cártel de los Soles
El Cártel de los Soles nació en Venezuela a fines de los años ‘90, cuando altos mandos de la Guardia Nacional Bolivariana comenzaron a ser acusados de involucrarse en el tráfico de drogas. Su nombre hace referencia a las insignias (soles) que lucen los generales de esa fuerza en los uniformes.
Con el paso de los años, el grupo fue señalado por agencias internacionales como un entramado narco-militar que no solo controla rutas de cocaína hacia Estados Unidos y Europa, sino que también participa en contrabando de oro, coltán y otros recursos naturales. Su expansión estuvo ligada al ascenso del chavismo y a la protección política que figuras como Nicolás Maduro y Diosdado Cabello habrían brindado a sus integrantes.
Actualmente, informes de organismos de inteligencia y de Naciones Unidas indican que el Cártel de los Soles mantiene conexiones con organizaciones criminales colombianas, grupos armados irregulares y redes de tráfico transcontinental, lo que lo convierte en un actor central del crimen organizado en América Latina.
Sintonía con Estados Unidos
La decisión argentina no ocurre en un vacío. Estados Unidos lleva más de una década señalando al Cártel de los Soles como parte de la estructura narco-estatal venezolana. Durante la primera presidencia de Donald Trump, el Departamento del Tesoro impuso sanciones a varios de sus líderes y llegó a acusar directamente a Maduro de “jefe de un cártel narcoterrorista”. En su momento, el gobierno de Joe Biden mantuvo esas medidas.
En América Latina, Paraguay y Ecuador ya habían dado el mismo paso de declarar al grupo como organización terrorista. Con esta decisión, Argentina se suma a esa línea y envía un mensaje político claro: priorizará la cooperación hemisférica en seguridad y justicia, alineándose con Washington y alejándose de cualquier ambigüedad frente al régimen venezolano.
El gesto también coincide con la búsqueda del Gobierno de Milei de reposicionar al país como socio estratégico de Estados Unidos en distintos frentes: desde la defensa y el comercio hasta la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo.
Implicancias para Argentina
La declaración no solo tiene valor simbólico. La inclusión en el RePET permite:
- Bloquear fondos y activos vinculados a operaciones sospechosas.
- Refinar controles financieros sobre transferencias, bancos y operaciones cambiarias.
- Ampliar la cooperación internacional en inteligencia criminal y terrorismo.
- Proyectar a la Argentina como un actor confiable dentro de los acuerdos multilaterales de seguridad.
Fuentes oficiales remarcaron que la decisión busca “impedir que el sistema financiero argentino sea utilizado como canal para el lavado de activos provenientes del narcotráfico” y fortalecer los mecanismos de sanción frente a organizaciones de carácter transnacional.
Un giro en la política exterior
Más allá de los efectos técnicos, la declaración refleja un cambio político: Argentina adopta un rol más activo en la agenda de seguridad hemisférica y toma distancia de la posición de neutralidad que había caracterizado a gestiones anteriores respecto del régimen de Maduro.
La Casa Rosada interpreta que el narcoterrorismo venezolano no es solo un problema regional, sino una amenaza global que desestabiliza economías, debilita Estados y alimenta flujos ilegales de armas, drogas y dinero. En esa línea, la decisión busca proyectar a Argentina como un socio dispuesto a respaldar, en los foros internacionales, las estrategias de presión sobre Caracas.
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