Un matrimonio quedó a merced de tres ladrones: ¿actuó la misma banda que tiene en vilo a La Plata?
Edición Impresa | 4 de Agosto de 2025 | 02:33

La calma de la madrugada en una vivienda de calle 138 entre 50 y 52, se transformó en una pesadilla para un matrimonio de jubilados de 74 y 83 años, que jamás imaginó que su descanso sería interrumpido por la violencia.
Eran cerca de las cuatro de la mañana cuando la oscuridad de la casa se llenó de susurros extraños y pasos apresurados.
En cuestión de segundos, tres desconocidos ya estaban dentro, exigiendo dinero y revolviendo cada rincón como si la propiedad les perteneciera.
Uno de ellos, con mirada desafiante, exhibió un cuchillo que brilló bajo la luz tenue, dejando en claro que cualquier intento de resistencia sería inútil.
El matrimonio, paralizado por el miedo, apenas pudo reaccionar. Los delincuentes gritaban, amenazaban y exigían que entregaran todo lo que tuvieran de valor.
Entre temblores y lágrimas, vieron cómo la banda se apoderaba de un televisor Samsung de 55 pulgadas, una netbook gris y dinero en efectivo, aunque las víctimas ni siquiera pudieron precisar el monto, abrumadas por el pánico.
Como si no alcanzara, los asaltantes se llevaron también su vehículo Fiat, dejando tras de sí la sensación de que la seguridad en el propio hogar ya era solo un recuerdo.
Minutos después, el silencio volvió, pero ya no era el mismo. La pareja quedó inmóvil, intentando comunicarse al 911 mientras procesaban lo sucedido.
Minutos tarde, cuando arribó un patrullero al lugar, supieron que el auto había sido abandonado en 57 y 161.
Para los investigadores, este detalle abre un abanico de hipótesis: el vehículo podría haber sido robado para cometer otros delitos y descartado por un desperfecto técnico, o bien formaba parte de una logística criminal en la que el tiempo y la impunidad juegan a favor de los ladrones.
La Policía baraja también la posibilidad de que se trate de un grupo delictivo itinerante, quizás proveniente de la zona sur del Conurbano bonaerense especializada en robo de automóviles, que actúa en la ciudad en busca de objetivos fáciles.
La modalidad coincide con la de bandas que recorren distintos barrios de la Región, estudiando los movimientos y el nivel de vulnerabilidad de las viviendas antes de atacar.
A esta operatoria se sumaría un eventual vínculo con desarmaderos ilegales, donde podrían vender los elementos robados o utilizar los vehículos sustraídos como piezas de recambio.
Este hecho vuelve a evidenciar la frágil situación que atraviesan muchos adultos mayores, convertidos en blanco preferido de delincuentes que no muestran el más mínimo atisbo de compasión.
La lentitud en los movimientos, los problemas de audición, la vista cansada y el miedo a sufrir agresiones físicas son armas silenciosas que los ladrones aprovechan para imponerse sin oposición.
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