Bolsonaro, con arresto domiciliario en Brasil

La medida se debe a que el exmandatario incumplió la prohibición de usar redes sociales en medio de su juicio por intento de golpe

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El Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil ordenó ayer el arresto domiciliario del expresidente Jair Bolsonaro, quien está siendo juzgado por acusación de liderar un intento de golpe de Estado para permanecer en el cargo a pesar de su derrota en las elecciones de 2022, un caso que ha captado la atención del país sudamericano mientras enfrenta una guerra comercial con el gobierno del presidente estadounidense Donald Trump.

El juicio está recibiendo atención renovada después de que Trump vinculó directamente un arancel del 50% a los productos brasileños importados con la situación judicial de Bolsonaro, un aliado de Trump. El gobernante de Estados Unidos ha dicho que los procedimientos son una “cacería de brujas”.

Los fiscales acusan a Bolsonaro de encabezar una organización delictiva que conspiró para anular las elecciones, en un complot que incluía planes para asesinar al presidente Luiz Inácio Lula da Silva y a un juez del Supremo Tribunal Federal, Alexandre de Moraes. La orden de ayer siguió a una del mes pasado del STF, en la que le ordenó a Bolsonaro usar una tobillera de rastreo e impuso restricciones a sus actividades mientras se llevan a cabo los procedimientos.

De Moraes -que supervisa el caso contra Bolsonaro en el máximo tribunal- emitió la orden, afirmando en su decisión que el líder de extrema derecha de 70 años había violado las medidas cautelares que se le impusieron al publicar contenido en los canales de redes sociales de sus tres hijos legisladores.

El juez agregó que Bolsonaro, que gobernó Brasil de 2019 a 2022, ha difundido mensajes con “un claro contenido de aliento e instigación a ataques contra el Supremo Tribunal Federal y un apoyo flagrante a la intervención extranjera en el poder judicial brasileño”.

Decenas de miles de seguidores de Bolsonaro salieron a las calles el domingo en las ciudades de San Pablo y Río de Janeiro, pidiendo al Congreso de Brasil que lo perdone a él y a cientos de otros que están siendo juzgados por su papel en el vandalismo contra edificios gubernamentales en la capital Brasilia el 8 de enero de 2023.

La decisión más reciente del STF mantiene al exmandatario bajo monitoreo con tobillera (medida que Bolsonaro calificó de “humillante”; sólo se le permiten visitas de familiares y abogados, y se le confiscaron todos los teléfonos móviles de su hogar.

La sentencia del juicio contra Bolsonaro se conocerá en las próximas semanas y si es declarado culpable, se enfrenta a más de 40 años de prisión.

 

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