En una batalla clave, los hermanos Milei enfrentan su peor crisis en 21 meses
Edición Impresa | 1 de Septiembre de 2025 | 02:12

Alejandro Radonjic
eleconomista.com.ar
En la cuenta regresiva de que la provincia de Buenos Aires elija diputados, senadores y concejales el próximos domingo 7, el Gobierno libertario enfrenta el momento más crítico de su gestión. El estallido del “Coimasgate” -también bautizado como “Karinagate”- aparece como una tormenta perfecta: erosiona la credibilidad presidencial, afecta a la hermana del mandatario y multiplica la presión política en el distrito más poblado del país.
El informe de Zuban Córdoba, al que accedió El Economista, describe un escenario de “policrisis”: 62% de los argentinos juzga la respuesta oficial como improvisada, 65% reclama renuncias inmediatas de los implicados y 61% cree que el caso golpeará a los mercados y a la confianza de los inversores.
Si el Libragate había sido complejo de explicar en la calle y había estallado lejos de las elecciones, la palabra “coimas” entra directo al corazón de la indignación social. Según el estudio, 47% percibe que el Gobierno de Milei es más corrupto que los anteriores, y apenas 22% sostiene que no lo es, incluso por debajo de su propio núcleo duro.
En la semana más caliente de la campaña bonaerense, esta diferencia semántica se traduce en riesgo político real: lo que antes erosionaba por goteo ahora amenaza con desbordar.
“Riesgo político real: lo que antes erosionaba por goteo ahora amenaza con desbordar”
“Poner las manos en el fuego”: el blindaje que se volvió búmeran
Lejos de contener el daño, la defensa cerrada del Presidente hacia Karina Milei y los Menem fue vista como parte del problema. Un 70% de los encuestados rechaza esa estrategia, y 56% considera que Javier Milei debería ser sometido a juicio político por el escándalo.
La presión no viene solo de la opinión pública: también el círculo rojo exige gestos. El pedido de renuncias ya no es solo clamor opositor, sino parte de la agenda de poder que mira con desconfianza el efecto electoral inmediato.
Los números son contundentes: 12% de los votantes que acompañaron a Milei en el balotaje 2023 aseguran que ya no lo volverán a elegir tras el “Coimasgate”, y otro 13% ya había cortado la relación antes. En un escenario híperpolarizado, esa fuga de casi un cuarto de su base puede ser decisiva. Incluso, como subraya el informe, 3% puede inclinar la balanza en una elección reñida.
Con la elección bonaerense a solo días, ese dato no es menor: es la madre de todas las batallas y lo que suceda allí definirá el clima político rumbo a octubre.
El informe revela que 66% de los argentinos cree que la reputación y credibilidad del Gobierno se deterioraron tras el escándalo, mientras que un 60% percibe que el oficialismo quedó debilitado. La crisis ya no es un episodio aislado: es una marca que amenaza con instalarse como identidad de gestión.
La cuenta regresiva
En Argentina, la percepción de corrupción suele ser una bisagra política irreversible. El “Coimasgate” condensa esa amenaza en tiempo récord: 192 horas antes de la elección bonaerense, los Milei se enfrentan a la prueba más difícil de sus 21 meses en el poder.
La pregunta no es solo qué pasará el próximo domingo, sino si este caso marcará un antes y un después en el vínculo entre Milei y la sociedad. Y, sobre todo, si el oficialismo será capaz de sobrevivir a una indignación que, a diferencia de las libras, esta vez todos entienden.
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