Preocupación por los campos inundados en el interior bonaerense

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Ahora fue la Asociación de Productores de Junín la que denunció que las lluvias saturaron desde hace dos meses los campos de la zona y que la situación es crítica, de modo tal que reclamaron la emergencia para las áreas más afectadas y pidieron la culminación de obras necesarias para resolver una situación que, afirmaron, se repite cada año.

Los productores describieron la crítica situación que vive la región y algunas de sus derivaciones más preocupantes, tales como la reducción de las producciones, la baja consiguiente en la recaudación de impuestos y hasta el éxodo de productores que migran a la ciudad.

Cabe recordar que la primera protesta se conoció a principios de agosto pasado, tal como se reflejó en este diario, cuando desde el partido de Bolívar se advirtió sobre el avance de los anegamientos que afectaban a esa zona. Varias semanas después se sumaron protestas por similar motivo desde los partidos de 25 de Mayo, Carlos Casares, Hipólito Yrigoyen, 9 de Julio, Pehuajó, Lincoln y Viamonte, que vieron acrecentadas hasta en más de un 40 por ciento las zonas saturadas por los excesos de agua de lluvia.

Ahora, desde la entidad rural de Junín se señaló que estuvieron gestionando medidas “sin ser escuchados” a lo largo de mucho tiempo, a partir de las derivaciones que causa el mal manejo de aguas en la Cuenca del Salado. “La cuenca está saturada y la única salida en esta situación, cuando tenemos excesos de lluvias, es una emergencia en los lugares que están totalmente afectados o anegados”.

Los productores explicaron que el drenaje de la cuenca “se encuentra totalmente obstruido en la Laguna de Rocha”. En ese lugar, apuntaron, “se quiere hacer pasar el acumulado de lluvias de nuestra zona por una fila de tubos de una especie de dique absurdo por el volumen de agua que se desborda”.

Luego de señalar que se aplica un protocolo (el 804) en las tres lagunas de Junín, que muestra la cantidad de compuertas que se deben abrir de acuerdo a la cota de cada laguna para lograr un adecuado drenaje de la cuenca, consideraron que ese protocolo debería actualizarse de acuerdo a la realidad de las necesidades de la cuenca, “para evitar daños justamente en los excesos de lluvias”.

En ese marco remarcaron que la Región juninense recibe agua de otras provincias, que llega a la cuenca y “no tiene ninguna posibilidad de escurrir”, como se pretende a través de una fila de tubos en la laguna de Rocha, considerándose que lo que hacen falta son canalizaciones.

Tal como se ha dicho en reiteradas oportunidades, en este acuciante tema del manejo hídrico en la Provincia –agravado para los productores por el mal estado de conservación de los caminos rurales- no se debiera seguir actuando por reacción, en forma improvisada y sólo cuando las inundaciones o sequías se vuelven críticas, mediante operativos que resultan esporádicos.

Se continúan desplegando estrategias de corto plazo o, a lo sumo, aptas para paliar mínimamente algunas emergencias, pero muy alejadas, por cierto, de la política integral que la Provincia necesita desde muy antiguo para el campo.

 

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