“Mamá, me están robando”: extorsionaron a una jubilada para robarle

Una mujer de 80 años recibió un llamado al teléfono fijo en el que simulaban secuestrar a su hija. Bajo presión, dejó en 5 y 49 una bolsa con dinero y joyas de oro. Buscan imágenes en la zona para identificar a los ladrones

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Por RUDY CASTILLO

rcastillo@eldia.com

Un nuevo hecho de inseguridad enciende las alarmas en La Plata sobre un tipo de delito que, aunque no involucra violencia física directa, se vale de la manipulación y el engaño psicológico para doblegar a las víctimas. Esta vez la damnificada fue una jubilada de 80 años que cayó en una extorsión telefónica y terminó entregando una suma millonaria en dinero y joyas de oro.

Según consta en la denuncia, todo ocurrió ayer mientras la víctima se encontraba en su domicilio desayunando. Fue entonces cuando sonó el teléfono fijo de su casa. Al atender, una voz femenina la sobresaltó con un grito desesperado: “¡Mamá, mamá, soy tu hija, me están robando, me pegaron en la cara y me apuntan, por favor hacé lo que ellos digan porque me van a matar!”.

El miedo y la confusión hicieron el resto. Inmediatamente, un hombre tomó la palabra. Con tono firme le exigió la entrega de una elevada suma de dólares. La jubilada respondió que no tenía ese dinero ni alguien que pudiera facilitárselo, pero la voz masculina redobló la presión. Le ordenó que tomara una bolsa y colocara en su interior todo lo de valor que tenga a mano. Acto seguido, le indicó que debía dirigirse hasta la esquina de 5 y 49 y dejar el paquete en la calle.

La víctima, convencida de que su familia estaba en riesgo, obedeció sin dudar. En la bolsa colocó una suma en dólares, un millón y medio de pesos, dos esclavas, y varios anillos de oro. Con el botín preparado en una bolsa de tela beige, descendió de su departamento, caminó hasta la dirección señalada y dejó el paquete sobre el asfalto.

Al regresar a su vivienda, el teléfono seguía en línea. Del otro lado, la voz masculina le confirmó que el paquete ya había sido levantado, mientras que la femenina -la que minutos antes se había hecho pasar por su hija- la tranquilizó con un último mensaje: “Ya estoy mejor”. Solo entonces la mujer entendió que había sido víctima de una estafa cuidadosamente planeada.

Según supo este diario, la jubilada radicó la denuncia en la comisaría Primera y el caso quedó en manos de la UFI de turno, que ya trabaja en la identificación de posibles responsables. Una de las medidas dispuestas es el análisis de cámaras de seguridad de la zona de 5 y 49, en un intento por reconstruir los movimientos de quienes levantaron la bolsa y dar con los autores.

ESTADO DE SHOCK

La hija de la jubilada, cuya identidad se preserva por razones de seguridad, dialogó con EL DIA y confirmó lo sucedido: “Fue así. A ella la llamaron y la extorsionaron, se hicieron pasar por mí. Mi mamá está bien, no quiere hablar, pero muy asustada por lo que le pasó. Estamos esperando si aparecen imágenes en la zona de 5 y 49. La denuncia ya fue realizada”.

El testimonio refleja el estado de shock que atraviesa la familia. No solo por la pérdida económica, sino por el miedo y la vulnerabilidad con que quedó la víctima.

La maniobra forma parte de una modalidad delictiva cada vez más extendida en la región: los llamados “secuestros virtuales” o “cuentos del tío telefónicos”. Los delincuentes apelan al factor sorpresa, simulan la voz de un familiar en peligro y, a través del terror psicológico, logran que la persona entregue dinero y pertenencias de valor sin oponer resistencia.

Lo cierto es que este hecho vuelve a poner en debate la necesidad de reforzar los mecanismos de prevención y, sobre todo, de alertar a los adultos mayores sobre estas maniobras. La clave está en advertirles que nunca entreguen dinero ni objetos de valor bajo presión telefónica, que cuelguen la llamada y se comuniquen inmediatamente con sus familiares o con la policía.

 

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