Milei mete mano en la campaña libertaria y corre a “Lula” Menem
Edición Impresa | 19 de Septiembre de 2025 | 02:50

Carlos Barolo
En una jornada negra para los mercados, que llevó al Banco Central a vender 379 millones de dólares para contener la divisa, Javier Milei se reunió en Olivos con más de 70 candidatos para las elecciones de octubre y miembros del elenco oficialista para bajar el mensaje que el Gobierno dará durante la campaña nacional.
Quedó en claro que el Presidente volcará un gran esfuerzo durante las próximas semanas para intentar recuperar el apoyo popular y revertir las expectativas sobre su gestión.
La jornada dejó, además, ciertas decisiones importantes:
-Milei empoderó a su asesor Santiago Caputo como la persona a cargo de la técnica discursiva. De hecho ayer fue el otro expositor además de él.
-Designó a a la titular del partido en la ciudad de Buenos Aires, Pilar Ramírez, como la encargada de coordinar el trabajo con los dirigentes provinciales. Es un logro de Karina Milei, ya que Ramírez es de su estrecha confianza
-La cúpula libertaria oficializó así el desplazamiento de Eduardo “Lule” Menem, que bajó sus acciones al interior del espacio por el caso de Diego Spagnuolo y las supuestas coimas en la agencia de discapacidad, sumado a la reciente derrota en la provincia de Buenos Aires. Revés, por cierto, para Karina. O sea, tuvo que bajar a uno propio y pudo subir a otra.
Lule Menem asoma así como la primera cabeza que rueda de cara a lo que viene. Ramírez, por su parte, tendría un muy vínculo con el asesor Caputo lo que ayudaría a armonizar la mesa chica libertaria que venía atravesada por una interna feroz entre el consultor y los dos Menem (además del desplazado se cuenta aquí a Martín, el titular de Diputados).
“El Gobierno no corre riesgo”
La jornada se desarrolló en la quinta de Olivos. Hubo dos reuniones. El jefe de Estado habló durante aproximadamente tres horas frente a los presentes, a quienes aseguró que el futuro del Gobierno no corre riesgo y ratificó el rumbo económico de su gestión.
Desde un atril en el quincho del lugar, Milei habló frente a unos 48 candidatos a diputados y senadores (los dos primeros de la lista de cada provincia). También lo escucharon los miembros de la “mesa política” nacional y un grupo de referentes, funcionarios y voceros informales de la gestión. El joven Caputo, a su lado, respondió preguntas de los jefes de campaña de LLA de cada distrito con el objetivo principal de unificar el discurso.
El Presidente explicó los “hitos” de su gobierno y el estado del país que recibió en 2023. Pero también bajó los lineamientos de campaña, definidos con su mesa chica. Abrió incluso la reunión a preguntas.
“En esta etapa hay que valorar el esfuerzo de los argentinos e invitarlos a defenderlo para que todo valga la pena”, fue la idea que transmitieron Milei y su gurú. Es claro que se trata de las conclusiones que sacaron luego de la derrota bonaerense del domingo 7 pasado: perdieron cierta empatía con la gente, dejaron de explicar por qué valía la pena el sacrificio del ajuste económico.
Nacionalización y el “fantasma kuka”
La cumbre dejó en claro que la estrategia de los libertarios apuntará a nacionalizar la campaña y, otra vez, a apalancarse en la polarización. O sea, que se trata de una elección nacional y no pequeñas elecciones locales.
El Presidente y Caputo no quieren “provincializar” el comicio y pretenden quitarle peso a los aparatos políticos territoriales. Tanto a los opositores como a los propios. Seguiría, así, la idea de “agitar el fantasma kuka” (por el kirchnerismo) y hablar de un “bombardeo opositor” contra el programa económico para “desestabilizar” al jefe de Estado.
Karina tuvo que bajar a uno propio (Menem) pero pudo subir a una propia (Ramírez)
Así, la convocatoria al diálogo y a la concordia nacional que el Presidente hizo el lunes en la cadena nacional comenzaría a quedar algo diluida por una campaña que equipare a cualquier propuesta opositora con “volver al pasado”.
“El mensaje es que hasta acá los argentinos hemos hecho un esfuerzo impresionante para salir del pozo en el que dejó el país el kirchnerismo. Pero todavía falta, porque las últimas décadas no se resuelven en un año y medio. Pero si aflojamos ahora tiramos todo ese esfuerzo a la basura. Del otro lado, no tienen otro futuro que ofrecer más que volver a ese pasado”, resumía ayer una fuente que estuvo en el mitín.
El gobierno parece querer ubicar a Milei como decidido a involucrarse de lleno en la cuestión político-electoral, algo que realmente odiaba hasta hace poco y que, digámoslo, avivó las internas entre las tribus internas justamente por su ausencia. La prioridad ahora es tratar de revertir el resultado de los comicios bonaerenses, que LLA perdió por más de 13 puntos, o en todo caso que esa ola derrotista no se expanda al resto del país de cara a octubre.
Una línea estratégica que parece surgir del cónclave de ayer es que Milei sea presentado como el “gran elector” del espacio.
“El protagonista es él. Es el único que conserva la imagen de outsider”, reconoció uno de los colaboradores de la campaña. Así, ahora dicen que el jefe de Estado se va a poner la campaña al hombro y que va a seguir activo y comprometido con las mesas políticas y proselitistas. El riesgo ante tamaña centralidad: cargar con la responsabilidad de una eventual derrota.
Durante el encuentro, hubo un margen para analizar las razones de la derrota bonaerense reciente. Se reconoció una pérdida de popularidad debido, entre otras cosas, a que la economía doméstica, la de la gente común, aún no despega. “Lo importante es recrear expectativas de un futuro mejor. Que sepa que hay un lugar mejor a dónde llegar y que el esfuerzo de hoy vale la pena. La opinión pública ya sabe lo que hay si vamos para atrás. Y no quiere eso”, explicó una fuente libertaria.
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