Swap con Estados Unidos: cómo funciona, por qué es clave para Argentina y el impacto en las reservas
| 24 de Septiembre de 2025 | 13:18

El anuncio de que Estados Unidos negocia con Argentina un swap por US$ 20.000 millones encendió la euforia en los mercados y abrió un nuevo capítulo en la política económica del gobierno de Javier Milei. La noticia llegó de la mano del secretario del Tesoro norteamericano, Scott Bessent, quien aseguró que Washington está dispuesto a comprar bonos argentinos en dólares cuando las condiciones lo justifiquen y, además, a avanzar con un crédito de estabilización cambiaria para reforzar las reservas del Banco Central.
El respaldo despertó inmediatamente la atención de inversores, operadores y analistas, pero también dejó planteadas varias preguntas: ¿qué es exactamente un swap? ¿cómo funciona en la práctica? ¿y qué consecuencias puede tener para las finanzas del país?
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Qué es un swap y cómo se utiliza
En términos simples, un swap es un acuerdo de intercambio de monedas entre dos bancos centrales. Cada parte entrega su propia divisa a la otra por un plazo determinado y, al finalizar, la operación se revierte al tipo de cambio previamente pactado.
Para el país que recibe la moneda extranjera, el swap significa acceso inmediato a liquidez, que puede utilizarse para operaciones comerciales, pagos de importaciones o, en algunos casos, para intervenir en el mercado cambiario y contener la demanda de dólares.
A diferencia de un préstamo tradicional, el swap es reversible y temporal. Sin embargo, implica costos financieros que dependen de la tasa de interés y de las condiciones pactadas en la negociación.
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La experiencia argentina
Argentina no es ajena a este tipo de herramientas. Desde hace años mantiene un swap con el Banco Popular de China por unos 35.000 millones de yuanes (aproximadamente US$ 5.000 millones), renovado recientemente hasta 2026. Ese mecanismo le permitió al país utilizar yuanes para pagar importaciones y reducir, en parte, la necesidad de dólares para ciertas transacciones.
El acuerdo con Estados Unidos, de concretarse, tendría un peso mucho mayor: no solo por el volumen —US$ 20.000 millones—, sino también porque se trata de dólares, la moneda más demandada y sensible para la economía local.
Condiciones y riesgos
Más allá del entusiasmo inicial, especialistas remarcan que las condiciones del swap aún no están claras. Será crucial conocer:
- El plazo del acuerdo, que marcará cuánto tiempo podrá el Banco Central disponer de esos fondos.
- El tipo de interés y el tipo de cambio pactado, que determinarán el costo financiero de la operación.
- Los usos permitidos, es decir, si el swap podrá destinarse a intervenciones directas en el mercado cambiario o solo a operaciones específicas.
- Las cláusulas adicionales, que en algunos casos pueden incluir restricciones de política económica o compromisos de reforma.
Un riesgo latente es que, si el gobierno utiliza esos dólares para vender masivamente en el mercado y frenar la suba del tipo de cambio, al momento de devolverlos podría enfrentarse a una presión todavía mayor.
Impacto en las reservas y en el mercado
Si el swap se concreta en los términos esperados, el efecto inmediato sería un refuerzo en las reservas internacionales del Banco Central. Esto daría un margen de maniobra mayor frente a la volatilidad cambiaria, reduciría la necesidad de ventas de divisas propias y, en paralelo, enviaría una señal de confianza a los inversores.
El solo anuncio ya tuvo efectos visibles: los bonos soberanos en dólares subieron con fuerza, las acciones argentinas que cotizan en Wall Street se tiñeron de verde —con subas de hasta 11% en bancos y energéticas— y el riesgo país se derrumbó en casi 200 puntos básicos.
Además del aspecto financiero, el swap con Washington tendría un componente político y simbólico: muestra el alineamiento de la Casa Blanca con el gobierno de Milei en un momento delicado de la economía argentina.
¿Qué es lo que se viene?
En el corto plazo, la atención estará puesta en el cierre de las negociaciones y en las condiciones finales del acuerdo. Los mercados seguirán de cerca si el swap se transforma en un alivio genuino o si termina siendo una carga futura difícil de sostener.
Lo cierto es que, mientras tanto, la expectativa ya cambió el clima financiero local. El respaldo norteamericano refuerza la apuesta de Milei de estabilizar la economía con apoyo externo, aunque todavía queda por verse si la medida será suficiente para garantizar la estabilidad cambiaria en el mediano plazo.
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