Otra alerta global: China planea invadir Taiwán con ayuda de Rusia
Edición Impresa | 30 de Septiembre de 2025 | 02:48

Un análisis de la institución británica Royal United Services Institute (RUSI), basado en unas 800 páginas de documentos filtrados por el grupo de hackers Black Moon, sugiere que Rusia está vendiendo a China equipo y tecnología aerotransportada que podría ayudar a Beijing a preparar una invasión aerotransportada de Taiwán. Los documentos -contratos, listas de equipo y borradores de reuniones- parecen auténticos según RUSI, aunque la veracidad total no se ha podido determinar de forma independiente y partes podrían haber sido omitidas o alteradas.
RUSI, cabe decir, es el centro de estudios de defensa y seguridad más antiguo del mundo, fundado en 1831, con sede en Whitehall, Londres.
En medio de la preocupación de EE UU, el expediente incluye referencias a reuniones entre delegaciones chinas y rusas, visitas a Moscú y calendarios de pago y entrega. Según los papeles, ya se efectuaron etapas iniciales del acuerdo: análisis técnico, modificaciones de software y fabricación de equipos (etapas uno y dos).
Sin embargo, los documentos no prueban que Beijing haya pagado o recibido material. Un documento fechado en septiembre de 2024 indica que el acuerdo inicial data de abril de 2021 y que Rusia acordó detallar el uso del sistema Dalnolyot -de lanzamiento con paracaídas, usado para entregar cargas de hasta 190 kg desde altitudes muy altas- en condiciones extremadamente frías para finales de 2024.
RUSI y sus autores señalan que, aunque los documentos no mencionan explícitamente a Taiwán, el material y la capacitación descriptos darían a China capacidades aerotransportadas avanzadas -paracaídas de gran altitud, vehículos anfibios y procedimientos de mando- que podrían emplearse en una operación de toma rápida de objetivos estratégicos. Entre los elementos enlistados figuran 37 vehículos ligeros de asalto anfibio, 11 cañones antitanque autopropulsados anfibios, 11 transportes blindados de personal aerotransportado, además de vehículos de mando y observación; el costo total supera los 210 millones de dólares. Beijing, según los documentos, pide integrar comunicaciones chinas y compatibilidad con munición china.
PUNTO TÉCNICO CLAVE
Un punto técnico clave es la venta de los mencionados sistemas Dalnolyot. Los papeles mencionan pruebas solicitadas por China para lanzamientos de cargas de hasta 190 kg desde 8.000 metros, lo que, de ser operativo, permitiría planear a lo largo de hasta 80 km.
Ese alcance posibilitaría, según el informe, despliegues furtivos de grupos de fuerzas especiales o equipamiento a gran distancia sin entrar en el espacio aéreo objetivo, lo que RUSI identifica como potencial “fase cero” de una invasión: infiltrar equipos y unidades especiales desde aeronaves fuera del control del país atacado. Documentos de una reunión del 8 de marzo de 2024 enumeran además la intención de verificar el desempeño del sistema Dalnolyot en condiciones de -40 a -60 ºC.
RUSI valora que el mayor beneficio para China no sería tanto el material -del que posee industrias sólidas- sino la experiencia rusa en entrenamiento, procedimientos de mando y control de fuerzas paracaidistas. Los autores del informe (Oleksandr Danylyuk y Jack Watling) subrayan que Rusia tiene “experiencia en combate” en operaciones aerotransportadas, algo que China aún desarrolla.
Rusia apoyaría a China con sistemas de paracaídas a gran altitud y vehículos de asalto anfibio
Danylyuk estimó que la asistencia rusa podría acelerar el programa aerotransportado chino entre 10 y 15 años. Además del equipo y el know‑how, los papeles mencionan la provisión de entrenamiento en China y la entrega de equipamiento completo para un batallón aerotransportado, incluyendo capacidad de infiltración por fuerzas especiales.
El análisis sitúa estas transferencias dentro de un contexto estratégico mayor: China, bajo el gobierno de Xi Jinping, está modernizando ampliamente sus fuerzas armadas con el objetivo de ser un ejército “de clase mundial” hacia 2050, y altos funcionarios estadounidenses han afirmado que Beijing podría ordenar preparativos para una potencial invasión de Taiwán tan pronto como en 2027. RUSI advierte que el acceso a equipos rusos y entrenamiento localizado fortalecería la capacidad china para una operación de asalto aerotransportado, aunque no implica que China ya haya decidido invadir.
Respecto a las motivaciones de Rusia, los analistas sostienen que Moscú busca convertir la venta de armamento en una fuente de financiación para su guerra en Ucrania. Danylyuk también sugirió que Rusia podría intentar involucrar a China en un conflicto que distraiga a Estados Unidos y reduzca la presión sobre Moscú. No obstante, el informe reconoce límites: pese a la experiencia histórica rusa en fuerzas aerotransportadas, Moscú no logró emplearlas con éxito al inicio de la invasión de Ucrania (ejemplos como el fallido asalto a Hostómel en febrero de 2022 se citan como lecciones). Además, las capacidades chinas en general superan las rusas, pero China aún tiene brechas específicas que Rusia puede ayudar a subsanar.
DESAFÍOS OPERATIVOS
El informe subraya los desafíos operativos de una invasión de Taiwán: la necesidad de suprimir las defensas aéreas, desplegar suficientes tropas y equipo con rapidez y sostener el combate antes de la movilización completa del ejército taiwanés.
Un escenario descripto es el lanzamiento de vehículos blindados sobre campos de golf cercanos a puertos y aeródromos para despejar rutas de desembarco a fuerzas de asalto. Eso ilustraría cómo el equipo y las técnicas aerotransportadas podrían integrarse en una operación anfibia mayor.
En suma, los documentos filtrados ofrecen indicios preocupantes sobre transferencia de tecnología y entrenamiento que, de concretarse, podrían reducir el tiempo necesario para que China adquiera capacidades aerotransportadas avanzadas.
Sin embargo, persisten incertidumbres: la autenticidad plena de todos los papeles no está verificada públicamente, no hay evidencia directa de pagos o entregas efectuadas por China, y no existe confirmación oficial de las partes implicadas. El informe de RUSI sirve por tanto como advertencia sobre un potencial incremento de capacidades que, combinado con la modernización militar china y el complejo juego geopolítico entre Moscú, Beijing y Washington, aumenta la atención internacional sobre el riesgo de escalada en el estrecho de Taiwán.
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