Duras condenas por el trágico asalto al banco de Ramallo

ROSARIO.- Siete de los nueve acusados por el robo a un banco que finalizó en la llamada "Masacre de Villa Ramallo", ocurrida en setiembre de 1999, fueron condenados ayer a penas de entre 13 y 24 años de prisión, mientras que los dos imputados restantes fueron absueltos.
Flora Lacave, la esposa del gerente de la sucursal del banco Nación Carlos Chávez que murió durante a balacera, aseguró que se sintió "conforme con la condena" contra los imputados y destacó que espera que "ahora los acusados cumplan en la cárcel los años que les dieron".
El único sobreviviente de la masacre, Carlos Martínez, alias "El Negro", fue quien recibió la pena más grave de las nueve personas juzgadas, entre ellas un policía bonaerense, y deberá estar preso durante 24 años.
Martínez fue condenado por el delito de "homicidio en tres oportunidades en ocasión de robo, privación ilegítima de la libertad en seis oportunidades, una de ellas agravada por ser mujer, y tenencia de armas de guerra y explosivos".
El tribunal a cargo del debate, integrado por los jueces Santiago Harte, Otmar Paolucci y Laura Inés Cosidoy, condenó también al suboficial de la bonaerense Aldo Cabral a la pena de 17 años de cárcel.
Al ex soldado voluntario del Ejército Argentino, Jorge Aguilar, el tribunal lo condenó a 15 años de prisión, uno más que a Mónica Saldaña, la hermana de Cristian Saldaña, otro de los delincuentes que salió ileso de la masacre, aunque murió misteriosamente horas después ahorcado en la comisaría local.
En tanto, el vendedor de celulares Norberto Céspedes, Oscar Mendoza y la remisera Silvia Vega fueron condenados a 13 años de cárcel.
Excepto a Martínez, al resto de los acusados se les imputó la "privación ilegítima de la libertad en seis oportunidades, una de ellas agravada, y el robo calificado en grado de tentativa".
Además, los magistrados decidieron absolver por el beneficio de la duda a Angélica Beatriz Vilchez y a Alberto Oscar Aguirre.
El viernes pasado el fiscal del juicio Eric Frank Warr había pedido para los acusados penas de entre 20 y 30 años de cárcel, mientras que los abogados defensores habían planteado algunas nulidades y pidieron absoluciones para los imputados.
Con el rostro humedecido por las lágrimas y con apenas un hilo de voz, Lacave aseguró que estuvo "muy nerviosa" durante la lectura del veredicto y que sufrió "muchísimo" por tener que revivir nuevamente los hechos.
"Estoy conforme con las penas aplicadas. Es algo terrible, pero espero que por lo menos éstas personas cumplan con la condena", dijo la mujer, sostenida de los brazos por sus hijos.
La mujer expresó que igualmente está "esperando el futuro juicio contra los policías que dispararon" contra el auto en el que se encontraba junto a su esposo, Carlos Chávez, y al contador de la sucursal bancaria Carlos Santillán.
"Espero penas más fuerte contra los policías, que son los que mataron a mi esposo", dijo.
El caso ocurrió entre en 16 y 17 de setiembre de 1999, después de que los delincuentes Martínez, Saldaña y Javier Hernández se atrincheraron con rehenes en la sucursal del banco Nación durante más de 20 horas.
Cerca de las 4 de la madrugada del 17, los ladrones intentaron huir en el automóvil Volskwagen Polo verde del gerente Chávez. Dentro del vehículo se llevaron como escudos humanos al propio Chávez, su esposa Lacave y el contador Carlos Santillán.
Los policías apostados en las cercanías acribillaron el auto, en el que quedaron muertos Chávez, Santillán y el ladrón Javier Saldaña. Lacave y el asaltante Martínez resultaron baleados y Saldaña salió ileso, aunque luego murió ahorcado en la comisaría.
La investigación realizada por el juez federal de San Nicolás Carlos Villafuerte Ruzo determinó que el auto fue baleado por los policías de los grupos Halcón y GEO (de la policía bonaerense y GEOF (de la federal).
De acuerdo a la investigación, la remisera Vega fue la encargada de trasladar a parte de la banda desde la ciudad de San Nicolás a Villa Ramallo.
Mónica Saldaña fue la responsable de organizar el golpe y ocultar pruebas en la investigación, al igual que su concubino Mendoza.
El vendedor de celulares Céspedes fue quien proveyó los medios de comunicación a la banda, mientras que el policía Cabral aportó un handy mediante el cual los delincuentes interfirieron la radio policial y un plano del banco y el soldado Aguilar proveyó a los asaltantes del pan de trotyl que utilizaron para amedrentar a los rehenes.
La causa por la masacre fue dividida en tres partes, una de las cuales fue la que culminó ayer.
En las otras dos etapas que serán debatidas en juicios orales se juzgarán a los policías que dispararon a mansalva contra el vehículo con los rehenes a bordo y, en la restante, el presunto encubrimiento cometido por jefes policiales.