Dr. Octavio A. Sequeiros

Su fallecimiento

Hondo pesar en ámbitos vinculados a la Justicia y al mundo académico provocó el fallecimiento, a sus 72 años, del doctor Octavio Agustín Sequeiros, ocurrido el domingo pasado en nuestra ciudad. Recordado por su desempeño, durante más de 20 años, como fiscal penal, Sequeiros se destacó -además- por su labor docente y por su condición de sofisticado estudioso de las humanidades, con una especial sensibilidad por las Letras.

Sequeiros había nacido en Jujuy, en el seno de una familia tradicional de esa provincia norteña. Allí empezó, a fines de la década del 60, su trayectoria como funcionario judicial. Pero todavía era muy joven cuando se arraigó en La Plata, donde formó su familia y desarrolló una fecunda trayectoria profesional en el Poder Judicial.

Ingresó a Tribunales en el año 69 como secretario de primera instancia. Luego pasó a secretario de Cámara, siempre en el fuero penal. Y desde el 79 ocupó el cargo de fiscal, desde el cual intervino en numerosos casos resonantes. Lo hizo hasta 1998 cuando, con más de veinte años en esa función y más de 30 en la Justicia platense, se jubiló.

Se lo recuerda como un hombre de fuertes convicciones y recto proceder. De sólida formación jurídica y académica, tenía un manejo del lenguaje y la oratoria que deslumbraba a colegas, abogados y justiciables. Combinaba con maestría el apasionamiento y la vehemencia con los rasgos de una cultura refinada. También sabía, con estilo singular, articular el humor, la ironía y hasta los refranes populares con la terminología árida del Derecho. Lector constante y meduloso de los clásicos y de los grandes filósofos, había cultivado una formación excepcional de la que nunca hacía estridente exhibición. Fue profesor de Griego y de Latín en el Seminario de La Plata y dictaba la materia Derecho Natural en la Universidad Católica de nuestra ciudad. Disfrutaba, además, de tocar el piano.

Controvertido, muchas veces polémico, Sequeiros fue una personalidad relevante en el Poder Judicial. Fuertemente comprometido con el Derecho, su actuación de décadas como fiscal lo convirtió -además- en una voz de referencia para colegas y abogados jóvenes.

Octavio Agustín Sequeiros -"El Pato", como lo llamaban sus amigos- estaba casado con la profesora María Delia Buisel, con quien tuvo tres hijos: Víctor, Trinidad y Octavio Enrique.

Sus restos eran velados anoche en nuestra ciudad y serán inhumados hoy en el cementerio de Jáuregui (Luján), luego de una misa de cuerpo presente que se realizará a las 9:30 en la capilla Nuestra Señora de la Piedad del Seminario de La Plata.

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