El Discurso del Rey de Tom Hooper

   

Para que sintamos pena por un rey es necesario convencernos demasiado. "¡Es bueno ser Rey!" decía Mel Brooks en La Loca Historia del Mundo. Porque nadie puede creer en las desventuras de un rey, en la pena de un rey, en los ricos que sufren; para que nos emocionemos tienen que darnos con todo el arsenal de golpes bajos que se le pueda ocurrir a alguien. Y con su tibieza, El Discurso del Rey no logra su objetivo.

No sólo tenemos que soportar esa antipatía, sino también la vergonzosa escena donde Geoffrey Rush esconde de su esposa al mismísimo rey porque sino ella lo va a retar (!?). Bueno, si tu esposa te reta porque le estás enseñando algo al rey... hola, es hora de separarse!

Pero como el director sabe que las clases se van a tornar bastante aburridas decide hacer planos extravagantes. De repente caprichosamente desequilibra la composición, muestra un poco el interior de la habitación, pero está lejos de conmovernos. Es más, nos quiere conmover con escuchar al Rey puteando. "¡Aia, el rey dijo una mala palabra!" debemos decir en el cine parece. De todas maneras traten de no gritar eso en el cine porque ahí sí que van a recibir y escuchar una mala palabra de en serio.

Una prueba del desperdicio y mal uso de las acciones en la narración, es cuando el rey graba su voz mientras escucha música por auriculares. O sea, sin escucharse a sí mismo. Se trata de una loca técnica de su nuevo profesor. Como todos sabemos va a resultar bien, sino la película terminaría en 10 minutos. Luego de esto, la revelación del éxito del experimento se dilata, pierde su valor, ya que sabíamos lo que iba a suceder, y además por la poca solemnidad con que se construye el momento cuando Colin Firth antojadizamente pone el disco para escuchar cómo se grabó, contradictoriamente, sin esperanzas. ¿Es tarde para decir "no la vean"? Bueno, no importa, no la vean de nuevo; y seguro es verdadera esa sensación que sintieron: sí, el oscar se lo pueden llegar a dar a cualquier peliculucha, que le vamo` hacer.  

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE