Duro de Matar, Un Buen Día Para Morir de John Moore


“Alguien, en Sudamérica, hizo una imitación de esa

transmisión de radio y terminó en prisión. (…)

Yo no fui a prisión. Yo fui a Hollywood.”

Orson Welles

 Die Hard (1988) dirigida por John McTiernan se tradujo en España como La Jungla de Cristal ya que aquella primera entrega de la saga sucedía en un gran edificio y el estallido de los vidrios era un enemigo más sumado a los que el oficial John McClane (Bruce Willis) tenía que enfrentar en solitario. El problema fue cuando empezaron a hacerse las secuelas y aquella “Jungla de cristal” no apareció más. Así que los españoles se las tuvieron que ver en figuritas  para inventar los próximos títulos.

Entonces la expresión “die hard” traducida en “duro de matar” no sólo fue más correcta sino que tuvo que ver con la filosofía de la saga. John McClane no es un superhéroe o un superpolicía. Es una hormiga en el lugar equivocado y en el momento justo que se resiste a morir. Siempre está en inferioridad de condiciones: o le faltan zapatos o le quedan pocas balas en su pistola; o está con resaca o está herido y visiblemente lastimado desde la primera escena de acción.

En Un Buen Día para Morir esto no ocurre. Aquí John McClane se cansa de decir, quejándose por lo que le sucede, que él solo está “de Vacaciones”. Pero esto es falso ya que desde el principio sabemos que el personaje de Bruce Willis viaja a Rusia en busca de su hijo que tiene problemas con la ley. Después de una gran primera escena de acción con infinidad de autos superestrellados McClane no consigue hacerse ni siquiera un rasguño. Además ya no tiene su pistola sino que aquí tiene una gran ametralladora y asesina a razón de una docena de rusos por segundo. Más parecido a Schwarzenegger en Comando que a otra cosa.

Casualmente el guion de la primera Duro de Matar, adaptado de una novela, fue pensado primeramente para una continuación de Comando. Pero luego cuando se definió a Bruce Willis como protagonista y en relación a su idea del cine John McTiernan cambió la perspectiva de este personaje. Por lo tanto, lo que conocemos de este policía, lo que nos hace sentir empatía, tiene mucho que ver en realidad con el director John McTiernan, tanto es así que casi toma su nombre, ya que en la novela se llamaba Joe Leland. De esta manera podríamos suponer a quién llamar para que solucione esta situación. El problema es que John McTiernan está cumpliendo una condena en prisión y John Moore está libre y dirigió la quinta parte de Duro de Matar. Así está Hollywood por estos días.

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