El Vaticano reconoce segundo milagro de Juan Pablo II y está más cerca de ser canonizado

CIUDAD DEL VATICANO.- La comisión de teólogos de la Congregación para la Causa de los Santos del Vaticano aprobó la atribución de un segundo milagro al beato Juan Pablo II, paso clave para su canonización, según informaron ayer fuentes vaticanas.

La decisión debe ser posteriormente confirmada por una comisión de cardenales y autorizada con un decreto por el Papa Francisco, según el complejo proceso para llegar a ser santo.

Con la atribución del segundo milagro al Papa polaco, fallecido en el año 2005, se acelera el proceso para la canonización de Juan Pablo II, que según medios de prensa italianos deberá celebrarse en octubre próximo. Sobre la naturaleza de este segundo milagro, el Vaticano mantiene un mutismo absoluto.

En abril pasado los médicos del Vaticano reconocieron la curación inexplicable de una mujer, un paso necesario para el avance de la causa de canonización del pontífice polaco. Una comisión de siete médicos de la Congregación para las Causas de los Santos validó como milagro esa curación, a propuesta de quien postulaba la causa, monseñor Slawomir Oder.

El proceso canónico para que una persona sea proclamada santa requiere el reconocimiento por examen clínico de un milagro para la beatificación y a continuación de otro para la canonización.

Karol Wojtyla podría ser canonizado en octubre, a finales del “Año de la Fe” lanzado por su sucesor Benedicto XVI.

Durante los funerales de Juan Pablo II en 2005, tras 27 años de pontificado, uno de los más largos de la Historia, la multitud gritó “santo súbito” (”que sea hecho santo de inmediato”). Rápidamente Benedicto XVI autorizó el examen de sus virtudes y de su obra para que fuera declarado bienaventurado, y el 1º de mayo de 2011 proclamó beato a Juan Pablo II (1920-2005), después de que se le atribuyera el milagro de sor Marie Simon Pierre, quien se curó de manera inexplicable para la ciencia del mal de Parkinson que padecía, unos meses después del fallecimiento del Papa polaco, que había rezado por ella.