Las olas y el viento
| 30 de Noviembre de 2014 | 00:00

Por LEOPOLDO MANCINELLI
Desde hace varias décadas, para la familia urbana de clase media, vacacionar por lo menos una vez al año ya no es opcional. Se presenta como una necesidad y no puede salir de agenda.
Los argumentos que la sostienen, probablemente sugeridos por intereses del turismo y el entretenimiento, refieren que un ser humano normal no puede trabajar todo el año sin el respiro de unas vacaciones. Tan fuerte resulta el razonamiento, que ya a mediados de Octubre se escuchan comentarios acerca del agotamiento que se sufre y de la necesidad imperiosa del imprescindible reposo. De modo que no se pueden suspender ni siquiera por exigencias de los vaivenes económicos; se recortará cualquier gasto, menos el de las ansiadas vacaciones.
Por otra parte, este período dorado del año se ha transformado en el barómetro de felicidad de la familia, por lo tanto la medida de su prosperidad y su gracia para vivir la vida. Porque en simultáneo con el transcurso de las vacaciones, ya sea en San Clemente o en la Riviera Francesa, los amigos de Facebook comparten el día a día esa experiencia familiar, y en una especie de escribanía de la dicha se registran momentos, situaciones, paisajes.
Decenas de navegantes de la red resultan testigos del vacacionar feliz de la familia y se produce una reverberación de imágenes y recuerdos que extienden y comparten la experiencia vivida.
Hace sólo quince años, volver del Caribe significaba traer un color habano en la piel; un tenue testimonio que se desvanecía en dos semanas. La salida familiar, por lo general prolongada y costosa, sólo dejaba el agradable tostado y las fotos o videos que se mostraban a pocos familiares. Hoy la necesidad de vacacionar se ve fortalecida porque existe la posibilidad de prolongar y extender la influencia y significación del ritual, a través de las redes sociales. Si la observación de estos mandatos sociales otorga prestigio a la familia que los realiza, sobre todo si son excursiones onerosas, la consiguiente publicación en las redes sociales tiende a amortizar el esfuerzo y a reforzar la sensación de Felicidad Familiar.
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