Peluqueros en departamentos, una tendencia que crece en la Ciudad

Empujados por la inseguridad pero también como estrategia para darle mayor intimidad a su clientela, cada vez más estilistas eligen abrir sus locales en domicilios privados

SANTIAGO ABRIÓ SU PELUQUERÍA EN UN SEGUNDO PISO DEL CENTRO PLATENSE Y FUE UNO DE LOS PIONEROS

Ya sea para sentirse más seguros o para darle más intimidad a su clientela, la moda de abrir peluquerías en departamentos es una tendencia que se afirma en la Ciudad, donde el número de estilistas que eligen montar sus locales en domicilios privados es, coinciden en el rubro, cada vez mayor.

“Yo fui uno de los pioneros -asegura el coiffeur Santiago Giovannone, quien desde abril de 2004 atiende su local en un segundo piso del centro platense-, pero veo que ahora es una moda fuerte tanto en La Plata como en capital federal. Todos prefieren tener sus peluquerías en departamentos”.

Para Giovannone, sin bien es cierto que el no tener un local a la calle puede jugar en contra, también lo es que “en tiempos de redes sociales no es necesario el local tradicional. Hoy todo el mundo vive conectado y promover un trabajo de boca en boca es mucho más sencillo que años atrás”.

En esta línea se anota también Darío, otro estilista que atiende su local en un tercer piso de la zona de Plaza Italia. Para él, además de que trabajar en un departamento “ofrece más seguridad en tiempos donde le roban a cualquiera”, lo más ventajoso de cortar, peinar, teñir o planchar el pelo fuera de la mirada a la que expone un local a la calle “es que la clientela se siente mucho más cómoda sin gente pasando detrás de una vidriera. A nadie le gusta que lo estén mirando cuando le trabajan el pelo”.

“Creo que es un plus que se le ofrece al cliente -coincide Santiago-. La intimidad es muy importante, y en un piso, fuera de la mirada de la calle, esa intimidad está asegurada. Puede ser que esta modalidad tal vez te acote tu cartera de clientes o te genera una clientela más cerrada, pero es cuestión de tiempo. Hace diez años, cuando decidí abrir el local en un departamento, estaba aterrado porque no sabía si podía funcionar. Pero bueno, por suerte el tiempo me terminó dando la razón y ahora veo que la mayoría de los estilistas va por ese camino”. Más o menos ventajoso, lo cierto es que los estilistas concuerdan en que sus clientes -sobre todo mujeres- hace tiempo se adaptaron a tener que tocar el portero eléctrico y subir por escalera o ascensor cada vez que les toca el turno de la peluquería. Y no sólo eso: “La mayoría lo prefiere”, asegura Darío, quien no duda en proyectar que en poco tiempo los centros de belleza que trabajen en domicilios privados “seguramente serán mayoría”.

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