Parto precoz, el otro costo de la violencia doméstica

Advierten que el maltrato y el estrés aumentan el riesgo de tener un bebé con bajo peso y problemas de salud

Aunque no se lo suele mencionar entre las consecuencias de la violencia doméstica, cada año cientos de mujeres en el país paren a sus hijos en forma prematura como resultado de situaciones de maltrato físico y estrés en su hogar. En la Semana del Prematuro, el Colegio de Obstétricas de la Provincia hizo ayer un llamado de alerta ante esa realidad poco conocida que compromete seriamente la salud de mamás y bebés.

Se calcula que 1 de cada 10 bebés nace de manera prematura, antes de la semana 37 de gestación. Y si bien en muchos casos ese desenlace obedece a causas médicas (como infecciones, diabetes, hipertensión arterial y consumo de tabaco, alcohol o drogas durante el embarazo) “los contextos estresantes y violentos también constituyen una importante causa”, advierten desde la entidad profesional.

“Una mujer bajo condiciones de estrés, maltrato o violencia durante la gestación es mucho más propensa a tener un bebé prematuro, con bajo peso y mayores riesgos para su salud”, señala la licenciada Silvina Sonaglioni, presidente del Distrito IV del Colegio de Obstétricas”, al enfatizar la necesidad de prestar más atención a esta problemática.

Aunque no existen cifras que den cuenta del fenómeno, un estudio del ministerio de Salud de la Nación confirma que los contextos hostiles en los que peligra la salud mental de la mamá por hechos de violencia de género, falta de atención y ansiedad, pueden acortar los tiempos de embarazo.

“Todo lo que le pasa a la embarazada le pasa a su bebé. Por eso tenemos que generar condiciones de cuidado para ellas. Somos seres integrales, el aspecto emocional, psicológico y hasta espiritual repercute en el desarrollo de un embarazo y en la salud del bebé por nacer”, remarca Sonaglioni.

Frente a esta realidad, desde el Colegio de Obstétricas hacen especial hincapié en la instancia del control prenatal, para construir confianza con la mujer y poder detectar situaciones de riesgo social, como la violencia de género.

“El embarazo es uno de los momentos de la vida de la mujer donde más concurre al sistema de salud y es allí donde los profesionales deben estar atentos tanto al hecho de que las pacientes falten a las citas o presenten trastornos de sueño como a la existencia previa de partos prematuros, abortos y accidentes domésticos frecuentes. Pero también a una restricción del crecimiento intrauterino, un aumento de peso deficiente en la gestante, dificultad de percibir los movimientos fetales, dolor pélvico crónico, vaginismo, dismenorrea, amenorrea, fases depresivas relacionadas con el embarazo o ideas suicidas. La presencia de dos o más de estos síntomas nos llevaría a pensar en que la violencia de género puede ser la causa”, comenta Sonaglioni.

Por el hecho de no haberse completado el proceso de gestación, los partos antes de término tienen un impacto tal en la salud de los recién nacidos que constituyen su principal causa de mortalidad. Pero además, implica un mayor riesgo de que esos niños presenten complicaciones en su desarrollo cognitivo, neurológico o motor, en la visión o en la audición.

Para generar conciencia sobre estos riesgos desconocidos por un alto porcentaje de la población, desde hace cinco años se celebra a mediados de noviembre la Semana Mundial del Prematuro por iniciativa de UNICEF.

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