Aseguran que los piojos son cada vez más resistentes

Científicos del CONICET advirtieron que se requieren dosis 50 veces más fuertes para eliminarlos


Los piojos ya no son los de antes y no se trata de una simple impresión, sino de una realidad que observan año a año científicos del CONICET. En apenas una década su resistencia a los tratamientos convencionales creció en promedio entre un 30 y un 50 por ciento, aseguran los investigadores al explicar que por esa causa  los pediculicidas comunes requieren dosis cada vez mas potentes para seguir siendo efectivos, lo que plantea en cierto punto un mayor riesgo de toxicidad.

“Aunque no se puede generalizar porque la resistencia es un fenómeno que varía de población en población, algunos estudios que hemos realizado indican que hoy se requieren dosis de piretroides entre un 30 y un 50% más fuertes que hace apenas ocho años”, comenta el doctor Ariel Toloza desde el  Centro de Investigaciones de Plagas e Insecticidas (CONICET-UNIDEF). 

Toloza, quien lidera un proyecto sobre la biología y el control de la pediculosis en humanos, explica que el problema obedece a un uso excesivo de productos pediculicidas que contienen permetrina o d-fenotrina (dos compuestos pertenecientes a la familia de los insecticidas piretroides), que han sido los más utilizados durante las últimas décadas en nuestros país.

“El uso excesivo de estos productos favoreció la aparición de resistencia; que es una característica  heredable (dado que pasa a las generaciones futuras) y significa que la cantidad de pediculicida que antes bastaba para matar a los piojos ahora no los mata más. Por ejemplo, si los piojos tienen un grado de resistencia de 10, significa que debo usar diez veces más cantidad del producto para producir el mismo efecto inicial deseado. A medida que pasa el tiempo y se continúa con los mismos, la resistencia se acentúa y los insecticidas dejan de ejercer su efecto”, explica el investigador.

De hecho, según comenta el doctor Toloza, “algunos productos de mercado que eran efectivos hace pocos años, ya no lo son. Y otros han venido aumentado su dosis, pero no pueden hacerlo indefinidamente porque llegado cierto punto existe riesgo de toxicidad”.

Frente a este problema, “lo razonable es dejar de usar esos productos y reemplazarlos por otros que ataquen a los piojos por otro lugar: es decir, que tengan un mecanismo de acción diferente”, asegura Toloza al mencionar que “la alternativa que se ha encontrado en Argentina es un compuesto que actúa sobre el sistema respiratorio de los piojos y que es más seguro que los piretroides, aunque tiene también un costo económico mayor”. 

 

 

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