Emotivo último adiós a Santiago Vázquez
| 21 de Diciembre de 2016 | 01:14

Muestras de profundo dolor se pudieron ver ayer en el Cementerio Jardín de la Paz, en Pilar, en donde familiares y amigos despidieron los restos de Santiago Vázquez, quien falleciera el viernes pasado, a los 26 años, durante sus vacaciones en Punta Cana.
Santiago, hermano del actor y conductor Nicolás Vázquez, falleció de “muerte súbita” mientras dormía, según contó días atrás Gimena Accardi, cuñada del joven.
La noticia de la repentina y sorpresiva muerte de Santiago, una estrella en las redes sociales, causó una profunda conmoción en la farándula, sobre todo por el cariño que se le tiene a su hermano mayor, Nicolás, quien acaba de casarse el fin de semana anterior, un acontecimiento en el que Santi no sólo estuvo presente sino que, además, ofreció unas emotivas palabras para los novios.
En Pilar, ayer, todo estuvo teñido de desolación, y en la despedida se lo pudo ver al ex futbolista Oscar Ruggeri, quien fuera suegro de Santiago durante siete años.
También estuvieron presentes Enzo Francescoli, Ariel Ortega, Mariano Chiade y Mario Cella (dueños de Mandarina TV), Paul Kisner, Hugo Accardi (papá de Gimena), Emilia Attias, la familia Ruggeri, Julia Calvo, Fernando Cavenaghi, Bautista Lena, Benjamín Rojas, Vane Bafaro, Darío Giordano (viudo de Romina Yan), María del Cerro y Meme Bouquet, Sofía Pachano, Fran Ruiz y Sofía González Gil, Santiago Sposato y Paco Masserini, Benjamín Amadeo, Leo Calderóne, Loli Miraglia, Cecilia Bonelli, Hernán Lirio y Javier Faroni, entre otros.
Horas antes de la ceremonia, la madre de los actores, Mirta Montavani, publicó en su cuenta de Instagram una conmovedora carta destinada a su hijo.
“Sigo sin entender. Tengo mi corazón partido. ¡Cuánto dolor! Te fuiste dejando amor en cada uno de nosotros Nos enseñaste a ser mejores. No conociste la envidia, la maldad ni nada que se le parezca. Sólo dabas amor. Sólo iluminabas todo. Hijo, hermano, tío y amigo incondicional. Todo lo que dejaste acá en la Tierra es hermoso. Como vos, mi bombón, como yo te decía”, se lee en las primeras líneas.
Desgarrada, la madre continúa: “Me quedo con esa hermosa sonrisa, con tus llamados y mensajes de todos los días que terminaban con un ‘te amo’. Siempre preocupado porque todos estuviéramos bien. San, hijito de mi alma, es muy difícil aceptar el no tenerte físicamente con nosotros”.
Y para el final, la promesa de un encuentro: “Sos irreemplazable, mi chiquito. Con todo el dolor que siento te entregué a la Virgen para que te cuide. Y sé que vos serás nuestro ángel para siempre. ¡Te amo y sé muy feliz en el cielo! Hasta pronto, hijo hermoso. ¡Te abrazo con toda mi alma!”.
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