Denuncian que curas abusadores también estuvieron en La Plata

Los dos detenidos en Mendoza habrían ejercido funciones en el Instituto Próvolo de nuestra ciudad

Julieta Añazco (44) es platense y forma parte de la Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico. En el año 2013, denunció haber sido abusada sexualmente por el sacerdote Héctor Ricardo Giménez en nuestra ciudad, en campamentos que comunidades religiosas realizaban en Gonnet y City Bell. Aquello ocurrió en los años 80, cuando ella tenía 7 años, y lo pudo denunciar muchos años después, luego de largos tratamientos que le permitieron, finalmente, poder hablar.

“Este sacerdote -cuenta Julieta- actualmente viviría en Los Hornos, ya tenía dos denuncias anteriores, por las que fue detenido en el año 1997 y por las que cumplió una condena de 8 años. Mi denuncia sigue en proceso judicial, y hay también sobre él una investigación eclesiástica que ya lleva más de 20 años, según me confirmaron en el Arzobispado de La Plata. Los últimos datos que tuve de él fueron de hace 3 años, cuando celebraba misas en la capilla del hospital San Juan de Dios”.

Pero no es solo su caso el que moviliza a Julieta, sino también el que afecta a más de una docena de chicos mendocinos que fueron abusados recientemente en Mendoza. Porque los dos sacerdotes detenidos por la justicia mendocina, Nicolás Bruno Corradi y Horacio Hugo Corbacho, habrían estado también cumpliendo funciones -segun asegura Julieta- en el Instituto Antonio Próvolo de nuestra ciudad, que funciona en la calle 25 entre 48 y 49.

“Corradi es italiano y estuvo en el Próvolo de La Plata por lo menos hasta el año 1997. Y Corbacho estuvo allí, según me consta porque me lo han ratificado madres de alumnos platenses, hasta febrero de este mismo año. No tengo pruebas de que hayan cometido abusos también en nuestra ciudad, pero el perfil de estos sujetos señala que siempre han sido abusadores. Yo creo que solo hay que esperar, y darles tiempo a los chicos para que hablen, porque a la larga todo se va a saber”.

Ya en el año 2015, Julieta Añazco había denunciado en la Conferencia Anual de la Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico realizada en Washington, Estados Unidos, los delitos cometidos en Italia por sacerdotes, de los cuales dijo que “algunos de ellos fueron trasladados a la Argentina, particularmente a La Plata y a Mendoza”.

Lo que sostiene Julieta Añazco, es sospechado también en Mendoza. La propia vicegobernadora de esa provincia, Laura Montero, señaló en las últimas horas que “hay testimonios que indican que una gran cantidad de personas de distintos puntos del país querrían denunciar casos de abusos en el Instituto Próvolo de la ciudad de La Plata. Es importante abrir la causa en La Plata, y a partir de estos testimonios, el Fiscal y el Procurador de Mendoza ya libraron una compulsa a la Procuración de La Plata, lo que permitirá tener en esa ciudad una fiscalía habilitada donde realizar las denuncias”.

Para la vicegobernadora Montero, el paso siguiente es “dar lugar a un intenso proceso de investigación para que se llegue a definir con precisión los responsables, las responsabilidades institucionales y las fallas del sistema para que ningún niño más sea abusado”.

Montero fue una de las personas claves a la hora de descubrir y denunciar los abusos que sufrieron los chicos sordos e hipoacúsicos en el Instituto católico, y quien reivindicó la labor de los intérpretes de lengua de señas, crucial porque debían interpretar a chicos que estaban en una situación desesperante.

Las denuncias contra el Instituto se hicieron públicas luego de que la senadora provincial Daniela García, de la Unión Cívica Radical, recibiera el testimonio de una ex alumna e integrante del Movimiento de Sordos de Mendoza en una actividad realizada en la legislatura provincial.

LOS CURAS DEL PROVOLO

Horacio Hugo Corbacho (55), es nacido en Castelar y pertenece a la orden “Compañía de María para la educación de los sordomudos”. De hecho, fue el primer sacerdote de la congregación que se ordenó en Argentina. Lo hizo el 18 de marzo de 2006, en una ceremonia presidida por el entonces arzobispo de Mendoza, José María Arancibia.

En aquella oportunidad, los provolianos festejaron la incorporación de la nueva vocación con una misa realizada en la sede del Instituto Próvolo para niños hipoacúsicos de nuestra ciudad.

Nicolás Bruno Corradi (82), en tanto, es integrante de la misma órden, que tiene casas en Italia, Argentina y Paraguay, y ya en la década del ‘80 tenía acusaciones similares en Italia, desde donde logró el trasladado a nuestro país.

Cabe destacar que Corradi nació en Italia, donde fue sacerdote en el Instituto Próvolo de Verona entre los años 1955 y 1984, y allí había sido acusado de abusar de menores hipoacúsicos.

En 2015, en una conferencia realizada en la ciudad de Washington, se presentó su caso junto a los de otros diez curas argentinos acusados de pedofilia.

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