Recuerdos argentinos a 5 años del Tsunami

Hace cinco años Alberto Matsumoto, un argentino residente en Japón, fue a Tokio a ver una obra de tango cuando sintió un “fuerte temblor que provocó un ruido infernal, como si se estuviera abriendo la tierra”. Lo mismo recordó Carlos Lauría, otro compatriota que también vivió el peor terremoto y tsunami del país asiático, que destruyó un millón de viviendas y cuyas víctimas mortales y desaparecidos se cifran en 19.000 personas.

El epicentro se ubicó en el mar, a las 2.46 de la tarde del 11 de marzo de 2011, con olas que alcanzaron los 30 metros de altura, en una zona localizada a unos 125 kilómetros al este de la ciudad de Sendai, en la isla Honshu, y a unos 300 kilómetros de Tokio.

“Cuando empezó el temblor había salido de bañarme y estaba en ropa interior, y parecía una película porque a un lado tenía la puerta de la calle para salir y hacia el otro la habitación donde estaba mi pantalón, y no sabía qué hacer”, contó a su vez Juan Ríos, de 62 años y profesor de tango, quien también es otro de los argentinos residentes en Japón que vivieron el terremoto calificado como el quinto más potente del mundo al alcanzar una magnitud de 9 en la escala Richter.

EL TEMBLOR

Alberto Matsumoto, quien nació en la localidad bonaerense de Escobar hace 53 años y lleva casi 26 en la ciudad de Yokohama, a unos 30 kilómetros de Tokio, donde trabaja como profesor universitario y traductor judicial, contó que el día del terremoto había ido a la capital japonesa a ver un espectáculo de tango en Nakano Sun Plaza, con capacidad para 2.000 espectadores, y cuando empezó el “fuerte temblor que duró bastante tiempo, los artistas, que eran argentinos, se asustaron mucho porque no estaban acostumbrados a esa situación, ya que aquí es habitual que haya temblores de magnitud leve. La obra fue suspendida y nadie resultó herido”.

Entre los daños mayores que dejó el Tsunami se encuentra el generado por la fuga radiactiva, por la afectación que provocó en una planta nuclear ubicada en la ciudad de Fukushima. Esta situación obligó a más de 100.000 personas a abandonar sus hogares a raíz del peligro de la radiación, y según la compañía a cargo de la planta afectada, puede llevar entre 30 y 40 años garantizar nuevamente la seguridad del predio.

Carlos Lauría
Honshu
Japón
Richter
Sendai
Tokio

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE