Lula busca movilizar a militantes ante las acusaciones de corrupción
| 7 de Marzo de 2016 | 02:43

El gobernante Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) de Brasil prepara esta semana una serie de movilizaciones de su militancia para llevar en los próximos días a las calles la defensa de su líder, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, actual blanco de las investigaciones del escándalo de corrupción en el gigante estatal Petrobras. El presidente del PT, Rui Falcão, y el propio Lula, cuya casa y oficinas fueron registradas por las autoridades el viernes y que fue conducido por agentes para declarar a una comisaría, hicieron un llamado a la militancia para salir a las calles y hacer frente a las “arbitrariedades” contra el partido y su líder.
De hecho, más de 200 simpatizantes de Lula se manifestaron ayer ante la sede del canal de TV O’Globo en Río de Janeiro para denunciar “la persecución de los medios” en el caso Petrobras. “Si atacan a Lula, me atacan a mí”, gritaban los manifestantes, con banderas rojas del PT, fundado por Lula al final de la dictadura militar en 1980.
Icono de la izquierda en Brasil, Lula fue detenido el viernes en San Pablo para ser interrogado durante tres horas en el marco del caso Petrobras. Declarándose humillado por la medida coercitiva, Lula afirmó que podría haber ido de forma voluntaria a la citación judicial y denunció un “circo” jurídico mediático tras su interrogatorio. El ex mandatario anunció que luchará hasta el final, e hizo referencia a su posible candidatura en las elecciones presidenciales de 2018, al tiempo que llamó a sus simpatizantes a salir a las calles para defender al PT. “Conozco las calles mejor que nadie”, señaló, en referencia a su actividad como líder sindical en la década del ‘70.
Las movilizaciones fueron la estrategia adoptada por el PT para resguardar a su líder y defenderse del cerco que recae sobre el partido de Gobierno, el más salpicado por el escándalo en Petrobras, que según las autoridades, sobrevaloraba contratos con las principales constructoras del país. El dinero de las coimas, según el Ministerio Público (fiscalía), era repartido entre ex altos cargos de la petrolera, ejecutivos de las constructoras y políticos, en su mayoría vinculados a la base del Gobierno. En el momento que Lula era llevado a una comisaría, Falcão convocó a una vigilia de sus correligionarios en las afueras del departamento del ex mandatario, en el municipio de Sao Bernardo do Campo, en la región metropolitana de San Pablo. El llamado de Falcão se hizo extensivo a varias ciudades del país, donde militantes del PT salieron a las calles el viernes y el sábado con banderas y carteles para protestar por el que denominan “golpe mediático” contra el Gobierno de la presidenta, Dilma Rousseff. Muchas personas pasaron la noche del viernes y la madrugada del sábado en las proximidades del departamento de Lula, donde el sábado unos 300 militantes recibieron a Rousseff, quien de camino a su residencia particular en Porto Alegre (sur del país), donde pasó el fin de semana sin compromisos oficiales, decidió visitar a su mentor político.
La estrategia de movilizaciones se suma a los argumentos de defensa de Lula, quien pone énfasis en su “inocencia” por la acusación de un supuesto enriquecimiento ilícito y blanqueo de dinero proveniente de la red de corrupción enquistada en Petrobras. Según analistas, el ex mandatario puede salir fortalecido en caso de no comprobarse su supuesta culpabilidad y su nombre tomaría cada vez más fuerza para convertirse en candidato oficial del PT en los comicios de 2018.
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