Ecuador: pánico por una fuerte réplica sísmica

Una fuerte réplica de 6,1 grados de magnitud en la escala de Richter registrada en la madrugada de ayer generó pánico, provocó el llanto de niños y arrojó a cientos ecuatorianos a las calles, temerosos de que se produjeran más desastres después de que un poderoso terremoto los afectara el fin de semana pasado. Se trató de la réplica más fuerte desde que el sábado a la noche un movimiento telúrico de 7,8 grados de magnitud causara destrucción en varias ciudades de la costa central de Ecuador y cuya cifra de víctimas fatales asciende a más de 550. El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por su sigla en inglés) situó el epicentro de la réplica a 25 km al oeste de la ya devastada playa de Muisne. La réplica hizo que los habitantes de Portoviejo y otras ciudades dejaran sus casas, incluso aquellas que aparentemente no presentan daños. Algunos caminaron durante la noche rumbo al que era un aeropuerto, donde se había establecido un campamento.

“Casi nadie está en sus casas. Sólo los locos duermen adentro”, afirmó Elvis Moreira desde Pedernales, uno de los pueblos más afectados por el sismo. “Cuando sentimos que la tierra temblaba se nos vino a la mente el terremoto y uno no sabe qué hacer, sólo quiere correr”.

Cientos de damnificados seguían ayer el duelo por la pérdida de sus seres queridos, que ya empezaban a enterrar, mientras que la esperanza por encontrar vivos a los más de 200 desaparecidos se esfumaba. Las funerarias ya no tenían más ataúdes para las víctimas, lo que llevó a que los gobiernos locales deban pagar para traer féretros desde otras ciudades.

El movimiento telúrico del sábado sacudió la costa central de Ecuador y provocó extensos daños en ciudades como Portoviejo, Manta, y Pedernales, donde quedaron muy pocos edificios en pie. La tierra ha continuado moviéndose u desde entonces se han registrado más de 500 réplicas, algo que “se esperaba”.

Cuando ocurrió la réplica de magnitud 6,1, se suspendieron las tareas de búsqueda en Pedernales. Allí, rescatistas de Colombia y Ecuador lograron extraer cuatro cuerpos abrazados entre sí, aparentemente de una familia, que estaban atrapados en las ruinas de un hotel. El presidente Rafael Correa pasó los últimos días supervisando la ayuda y entregando suministros. El martes estimó las pérdidas en unos 3.000 millones de dólares, cerca al 3% del PBI ecuatoriano, y dijo que la reconstrucción llevará años.