Una leyenda que, como un canto rodado, no para de girar
| 25 de Mayo de 2016 | 01:10

El músico y compositor estadounidense Bob Dylan, una de las figuras más influyentes de la música contemporánea, cumplió 75 años con la misma energía y actividad que le han caracterizado en su más de medio siglo en los escenarios.
Incapaz de detenerse, y siempre en búsqueda de nuevas composiciones, Dylan continúa con un nuevo episodio de su “Gira sin fin” que comenzará en apenas unas semanas y en la que presentará su último disco, “Fallen Angels”, en el que vuelve a homenajear el cancionero americano, con especial énfasis en Frank Sinatra, a quien ya dedicó su disco anterior, “Shadows in the night”.
Robert Allen Zimmerman, nacido en Duluth (Minnesota) en 1941, ha cambiado el libreto de la música norteamericana en varias ocasiones, y cuenta con algunas de las canciones por las que se recordará al siglo XX, como “Subterranean Homesick blues”, “Forever Young”, “A Hard Rain’s a-Gonna Fall” o “Maggie’s farm”.
Aún así, parece incapaz de bajarse del escenario. En 2014 ofreció 92 conciertos, el año pasado 87. Desde 1988 ha ofrecido una media anual de un centenar de conciertos y el mayor parón entre actuaciones ha sido de apenas tres meses.
“Tienes que ir donde la gente está”, ha dicho en más de una ocasión el autor de “Mr. Tambourine Man”.
Los conciertos de Dylan son conocidos por dejar boquiabierta a la audiencia con retorcidas versiones de sus composiciones, pero a la vez son aún capaces de hacer brotar la magia del viejo trovador que exasperaba y fascinaba a partes iguales en la década de 1960 y 1970: de hecho, las cámaras registraron los días en que, durante la década del 60, miles hacían cola sólo para abuchearlo por cruzarse del folk a la nueva música “eléctrica” que comenzaba a invadir por entonces el mundo. Desde entonces, Dylan nunca de jó de tomar riesgos.
Conocido por su alergia a la prensa, en una de sus entrevistas más recientes, ofrecida en 2015 a la revista AARP, centrada en un público de adultos de más de 50 años, comentaba el paso del tiempo.
“Mira, te haces mayor. La pasión es un juego de los jóvenes, los jóvenes pueden ser apasionados. Las personas mayores tienen que ser más sabias. Quiero decir, estás por aquí un tiempo, dejas ciertas cosas para los jóvenes. No intentes actuar como si fueses joven. Podrías realmente hacerte daño”, dijo entonces.
Por ello, y con 37 discos a sus espaldas, apuntó a la importancia de que “el tiempo sea un compañero”.
UN MITO VIVIENTE
Ganador de diez premios Grammy, un Óscar y el Príncipe de Asturias de las Artes 2007, Dylan ha sido incluso candidato al Nobel de Literatura en varias ocasiones, gracias a su particular lírica que revolucionó la música y contaminó los movimientos literarios desde su generación en adelante, aunque todavía la Academia sueca no le ha entregado el galardón. Es que Dylan ya no es solo un músico, es la leyenda de un músico.
Una leyenda que cuenta con su propio museo: en marzo pasado, la George Kaiser Family Foundation (GKFF) anunció que un sorprendente archivo secreto con décadas de documentos de Dylan, que incluye grabaciones desconocidas, manuscritos e instrumentos, será instalado en Tulsa, en el estado de Oklahoma (EE.UU.), justo al lado del Woody Guthrie Center de la ciudad.
Dylan siempre ha considerado a Guthrie, nacido en Oklahoma y uno de los principales músicos populares de EE.UU. en las décadas de 1940 y 1950, como su gran ídolo y el motivo de que comenzara a escribir canciones.
Pero a pesar de una carrera estelar que cambió para siempre la música popular, siempre renegó de la fama: ya en 1969, en una conversación con la revista Rolling Stone, bautizada precisamente en referencia a una de sus canciones “Like a Rolling Stone”, Dylan se mostró displicente con la responsabilidad que se le empezaba a atribuir. “No quiero que nadie se obsesione, especialmente sobre mí o cualquier cosa que yo haga”, afirmó cuando ya contaba con nueve discos a sus espaldas.
Parece, sin embargo, que no ha tenido éxito en este aspecto, y su influencia ha impregnado incluso decisiones judiciales en EE UU: un análisis de 2007, en el marco de los estudios de “dylanología” creados por su incansable séquito de fanáticos, mostró que sus letras habían sido citadas en opiniones legales de jueces y abogados en 186 ocasiones, muy por encima de sus inmediatos seguidores, los Beatles, en 74.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE