Más revelaciones sobre el agresor: quería ser policía
| 14 de Junio de 2016 | 02:56

La foto de Omar Mir Seddique Mateen en el anuario de la escuela secundaria a la que asistió, difícilmente se destaca: un muchacho con una dentadura prominente, sonrisa con hoyuelos y un bigote incipiente bajo una mata de pelo negro. Su transformación desde jugador de fútbol americano en el colegio a ser el autor del peor tiroteo masivo en EE UU plantea interrogantes sobre si no se captaron señales de la profundidad de sus aparentes simpatías con los extremistas musulmanes.
En momentos en que las familias de las víctimas expresaban su luto y el país se estremecía ante la escala de otro tiroteo masivo, comenzó a surgir una imagen del asesino de 29 años como una persona tranquila y devota, que en los últimos años exhibió una vena cargada de odio y violencia.
En la madrugada del domingo, Mateen irrumpió en una discoteca gay en Orlando, Florida, con una pistola y un rifle semiautomático AR-15, con los que asesinó a 49 personas antes de que la policía lo abatiera. Otras 53 personas resultaron heridas, muchas de gravedad.
Su ex mujer, Sitora Yusufiy, lo describió como “bipolar”, y emocionalmente perturbado con un temperamento violento. Dijo que había sido golpeada y maltratada físicamente por Mateen durante arranques en los que él “expresaba odio hacia todo”. Ella fue “rescatada” por familiares sólo cuatro meses después de un tormentoso matrimonio que comenzó en 2009 y terminó en divorcio en 2011, según contó la mujer. “A menudo se metía en peleas con sus padres, pero como yo era la única persona en su vida la mayor parte de la violencia se dirigía hacia mí”, relató a la prensa en Boulder, Colorado, afuera de la casa donde vive. La mujer dijo que Mateen aspiraba a ser un oficial de la policía y que había trabajado como personal de seguridad de prisiones en un centro de detención para delincuentes juveniles en Fort Pierce, Florida. Una vez trató de ser admitido en una academia de policía.
En Fort Pierce, en la costa sureste de Florida, a 195 km de donde se produjo la masacre, el imán de la mezquita a la que Mateen asistió durante casi 10 años, lo describió como un fiel normal que era tranquilo y rara vez interactuaba con la congregación. “Casi no tenía ningún amigo,“ expresó Syed Shafeeq Rahman, que dirige el Centro Islámico de Fort Pierce. “Él venía con su hijito de tres años a la noche para orar y después se iba”, agregó. Rahman indicó que Mateen nunca se acercó a él para expresar alguna preocupación acerca de los homosexuales. Por lo general rezaba en la mezquita un par de veces a la semana, sobre todo en las noches y por última vez el viernes pasado, pero no exhibió señales de radicalismo, según otros fieles.
Hijo de padres afganos, Mateen nació en Nueva York pero pasó la mayor parte de su vida en Florida. Asistió a la Escuela Secundaria Martin County en Stuart, una pequeña ciudad a 20 minutos en auto de Fort Pierce, donde vivía en la actualidad. Un compañero lo describió como un típico adolescente que jugaba al fútbol americano.
Samuel King, un joven un año mayor que el atacante, explicó que ambos mantuvieron contacto con frecuencia después de la graduación de Mateen en 2004. King trabajaba de mozo en el restaurante Ruby Tuesday’s, en el mismo centro comercial en que Mateen tenía un empleo en la tienda GNC (de suplementos dietarios y vitaminas). King, que es abiertamente homosexual, dijo que el Mateen que conoció hasta 2009 no parecía homofóbico. “Lo que más me impresiona es que la mayoría de los que trabajábamos en Ruby Tuesday’s cuando yo estaba ahí éramos homosexuales. Claramente (Mateen) no era homofóbico, al menos no entonces. No mostraba odio hacia ninguno de nosotros”, recordó y agregó que algo debió haber cambiado desde la última vez que lo vio.
El padre de Mateen, Mir Seddique, dijo que la masacre no estaba vinculada con la religión. Y mencionó que hace unos meses su hijo se había enojado cuando vio a dos hombres besarse en Miami. El FBI entrevistó dos veces a Mateen por supuestos lazos con militantes islámicos. La primera investigación fue en 2013, cuando el joven hizo comentarios a compañeros de trabajo que indicaban cierta simpatía por los extremistas.
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