Desplazaron a toda la cúpula del penal de Olmos por el asesinato de un preso

El nuevo titular del establecimiento es Hugo Piedrabuena, que proviene de una cárcel de Varela

El escándalo que provocó el crimen de un interno de la cárcel de Olmos, no sólo le trajo serios problemas a los nueve penitenciarios implicados por la Justicia en el caso, sino que además le costó el puesto al director de ese establecimiento y a sus tres subdirectores (Seguridad, Asistencia y Tratamiento y Administrativo).

Según informaron ayer fuentes de la fuerza, por decisión ministerial, tras la intervención de Asuntos Internos, se decidió el desplazamiento preventivo de toda la cúpula de la Unidad Nº 1 y del nombramiento como nueva máxima autoridad de Hugo Piedrabuena, que viene de cumplir funciones en el Penal Nº 24 de Florencio Varela y que reemplazará en el cargo a Javier Cáceres.

Como este diario adelantó en exclusiva en su edición anterior, el fiscal Fernando Cartasegna, que tiene a su cargo la investigación, le pidió la detención a nueve agentes penitenciarios, las cuales fueron confirmadas por el juez de garantías Pablo Raele.

¿El motivo? El crimen de un preso identificado como Narciso Gastón Ayala Aquino (36), oriundo de Lomas de Zamora, quien presuntamente sufrió torturas a manos de los agentes denunciados.

El hecho ocurrió el pasado 1º de agosto, cuando el detenido sufrió un ataque de epilepsia y sus compañeros de pabellón tomaron los extremos de una frazada para cargarlo en ella y llevarlo hasta el sector de sanidad.

Según los voceros, el preso sufría ataques de epilepsia que le generaban trastornos psicóticos, por lo que se había dispuesto su traslado a la unidad 34 de Melchor Romero, pero la derivación no se llegó a concretar, ya que murió ese mismo día.

Los informantes mencionaron que, en realidad, en medio de esa grave situación, Ayala Aquino habría mordido a quien por entonces era el máximo responsable de la Sección Vigilancia y Tratamiento y al que todos apodan “el jefe”, por ser el penitenciario de más alta jerarquía, que está en contacto con la población carcelaria.

“Es un agente de tercer orden dentro de la estructura del penal. Y todos los demás implicados están por debajo de él”, explicó un informante a EL DIA.

Se refiere a los otros ocho oficiales que Cartasegna involucró en su requerimiento de detención, dos de los cuales, como se explicó, ya quedaron presos.

Los voceros mencionaron que “se trata de Sergio Ceballos, alcaide que se desempeñaba como subjefe de Tratamiento y de Juan Ignacio Tocci, alcaide mayor, que trabajaba como subjefe de Vigilancia”.

El resto, entre ellos el llamado “jefe de Olmos”, tiene pendiente de presentación un recurso de eximición de prisión, por lo que será el Tribunal de Alzada el que defina su situación procesal, agregaron.

De todas formas, trascendió que, más allá de que Ceballos y Tocci ya están detenidos, en la mañana de hoy podrían presentarse ante la Justicia con algún pedido de morigeración.

Los pesquisas sospechan de un cuadro de “imposición de torturas agravadas por el resultado muerte”, pero no creen que todos hayan tenido idéntica participación y responsabilidad.

“Por ahora se notó una especie de pacto de silencio, aunque sabemos que con el correr de las horas alguien se puede quebrar y contar la verdad”, indicaron las mismas fuentes.

Cabe recordar que el delito citado prevé una pena de reclusión perpetua.

DUDAS

Ante la multiplicidad de lesiones que presentaba el cuerpo de Ayala Aquino, que no guardaban ninguna relación con el informe preliminar de su muerte, el fiscal Fernando Cartasegna ordenó la realización de una autopsia y la búsqueda de testigos.

Fue así que, a partir de los resultados de esas diligencias, los penitenciarios fueron acusados de haber trasladado al detenido hasta otro sector del penal donde le aplicaron una golpiza, en la cual le habrían practicado una “llave” que le provocó la muerte por asfixia mecánica.

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