Tommy Wieringa: la marcha bíblica
| 22 de Enero de 2017 | 00:22

En su novela “Los nombres”, el escritor holandés Tommy Wieringa construye un relato ubicado en una remota ciudad fronteriza entre Europa y Asia, y la hilvana magistralmente a la de un grupo de refugiados dejados a su suerte en plena estepa. La novela se inicia con Pontus Bej, un policía que a los 53 años siente que ha envejecido prematuramente, y cuya vida solitaria y opaca cambiará con la investigación del asesinato de un rabino, que lo hará reflexionar acerca de sus supuestos orígenes judíos. A esta historia se sumará en paralelo la de un grupo de refugiados que, escondidos dentro de un camión, intenta cruzar la frontera con la intención de llegar a Europa, en un camino que los pondrá a merced del desamparo y la violencia, dando al relato la fuerza de lo bíblico y apocalíptico.
Wieringa (Holanda, 1967) estudió historia y periodismo y publicó más de quince títulos desde la aparición de su primera novela, en 1995. Su obra incluye crónicas, cuentos, literatura de viajes, ensayos y crítica cultural. En 2005 su cuarta novela, “Joe Speedboat”, vendió 300 mil ejemplares y lo convirtió en uno de los autores más conocidos de su país.
“La idea del éxodo de hace 3 o 4 mil años y el éxodo de hoy en día está fuertemente conectada a este libro. De modo que la historia se despliega con el antiguo éxodo del pueblo judío y el éxodo moderno de trece refugiados hoy en las estepas euroasiáticas”, sostiene el autor. “La idea para la novela proviene, en realidad, de un artículo que leí alrededor de 2001. Trataba sobre un grupo de refugiados en algún lugar de Kazajistán. Habían viajado todo el trayecto desde Ceilán, buscando una ciudad, porque los habían dejado con un camión y el conductor les había dicho ‘ahora están en el oeste y, si caminan durante dos horas en dirección hacia el oeste, encontrarán una ciudad’. Pero no había ninguna ciudad. Tampoco estaban en el oeste, habían sido engañados por mucho dinero. Algunos murieron y, cuando finalmente encontraron a la ciudad, llevaban los restos de uno de los muertos con ellos. Este artículo me hizo acordar a una escena de la Biblia, donde José le hace prometer a su gente en Egipto: ‘Si alguna vez van en busca de la Tierra Prometida, lleven mis restos con ustedes; lleven mis huesos a la Tierra Prometida’”.
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