Una tarde agobiante en San Juan

El calor jugó un papel importante en el partido. Fue realmente sofocante

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Por MARTIN CABRERA
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Viento zonda, un clásico de las provincias cuyanas. Dos veces al mes este fenómeno meteorológico se da una vuelta por San Juan y Mendoza, provocando diferentes efectos en el clima. Ayer, por ejemplo, hizo que la temperatura se elevase hasta los 35 grados a la hora del partido. Realmente insoportable estuvo para jugar al fútbol.

Desde hace unos días un viento del Norte y Oeste interrumpió el invierno. Aquí lo llaman viento zonda. La combinación con la cordillera hace que del lado argentino sople muy pero muy caliente y, sumado al polvo que levanta del piso seco de la región, provoca una escenografía poco recomendable para realizar actividad física.

“La AFA va a tener que analizar esto de jugar en estos lugares con tanto calor. No es bueno para ninguno de los futbolistas, pero mucho menos para quienes no están acostumbrados”, se quejaban allegados al plantel Pincha, con el aval de los locales.

Lo concreto es que fue una prueba muy exigente para todos los futbolistas. Tanto calor hizo que el plantel de Estudiantes demoró unos minutos su salida del hotel: no tenía sentido agobiar a los jugadores antes de tiempo. Una vez en el estadio la entrada en calor fue especial. Para algunos jugadores la exigencia fue similar a la de jugar en la altura.

Tanto calor hizo que no alcanzaron las cuatro bolsas de hielo que trajo la utilería para enfriar las bebidas de los futbolistas. A una hora de inicio del partido tuvieron que ir de urgencia a buscar más hielo a una estación de servicio que se encuentra frente al estadio.

En la previa preocupaba mucho el calor y el estado del campo que Lucas Bernardi envió a uno de sus ayudantes, Jorge Priotti, para ver el estado del césped, atendiendo al sofocante calor de los últimos días. Y, como era de esperar, el campo estuvo seco y duro.

El Gringo intentó que fuese regado minutos antes del partido, pero la respuesta fue negativa. Sólo logró que los grifos mojasen un poco el verde, aunque no alcanzó para hacerlo más suave para que la pelota rodase a la perfección.

POCO PUBLICO

La nueva escenografía del fútbol argentino, vinculada al fútbol codificado, hizo que gran parte de los dirigentes locales imaginasen un estadio con buena concurrencia. No fue así. Las altas temperaturas hizo que el grueso de los hinchas de San Martín directamente lo escuchasen por radio o se juntasen en los bares del centro, interrumpiendo la siesta, en esta ciudad sagrada.

Los pocos que dijeron presente se colocaron en la tribuna popular Roberto Petrignani, la más beneficiada con la sombra. En cambio, en el sector de cabinas y platea para socios, el sol de frente hizo casi imposible mirar el partido. Lo curioso fue ver a varios hinchas colocándose protector solar, como si estuvieran en la playa Bristol.

 

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