Ya suman 41 los homicidios en el año y crece la inquietud por la inseguridad

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A los 86 años, en ese momento en el que su principal aspiración hubiera sido la de disfrutar de una ancianidad apacible, Mari, una vecina de Tolosa, vio su vida totalmente transformada por la inseguridad. Todo empezó en marzo de este año, cuando dos sujetos que fingían ser vendedores de metieron en su casa, le robaron, la amenazaron y la golpearon, a cara descubierta y a plena luz del día. Desde entonces la vida de Mari se tranformó por completo. Sus familiares se ocuparon de enrejar cada una de las aberturas de su casa, colocaron botones anti-pánico y la llaman a cada momento para saber si está bien. “Mari quedó muy traumatizada, vive con miedo. Y la sensación en el barrio es que todos los adultos mayores están ´marcados´”, dicen en la Asamblea Vecinal de Tolosa, donde, como en muchos nucleamientos similares de la ciudad, el tema de la inseguridad hoy es prioridad.

Es que la preocupación en torno al delito recrudeció en los últimos días de la mano de una seguidilla de  hechos con saldo trágico que tuvieron por escenario a las calles platenses. Entre el 25 de octubre y el 5 de noviembre cinco personas murieron  en hechos delictivos. Cuatro de ellas, en el marco de asaltos. En total, en lo que va del año fueron 41 los homicidios registrados en la Ciudad.

El más impactante de estos hechos sucedió el domingo 5, cuando Abril Bogado, de doce años, falleció después de recibir un disparo en la cabeza. Fue en el barrio de Ringuelet, cuando la familia resultó víctima de un asalto en el momento en que regresaba a su casa de un cumpleaños.

A este hecho, en la misma seguidilla, se sumaron la muerte de Martín Lescano Santa Cruz, un albañil de 52 años asesinado cuando viajaba en su moto y fue interceptado en 122 y 94 por motochorros que lo ultimaron a tiros para robarle. Fue el 25 de octubre.

El 28 del mismo mes moría Catalina Mezza Fereyra, de 62 años, en el barrio La Loma y en el marco de una entradera en 40 entre 25 y 26.  El 3 de noviembrese registró el homicidio de Leandro Marcelino Franco, un albañil de 47 años en un descampado de 46 entre 157 y 158, fusilado de un tiro en el pecho por asaltantes.

Esta escalada de crímenes se da en el marco de una creciente preocupación, presente en los barrios, por el  delito.

José Rusconi, referente de la Asamblea Vecinal de Barrio Norte reconoce que la inquietud por la inseguridad fue ganando importancia hasta convertirse en prioridad.

“Nuestra asamblea se formó después de la inundación de 2013 y la prioridad era la situación de los inundados. Hoy el tema que genera más reclamos de vecinos es la inseguridad”, describe el dirigente barrial.

Rusconi coincide con otros dirigentes en hablar de delitos que se instalan en zonas por oleadas y respondiendo a modalidades que tienen su momento de apogeo.

“Es como si existieran momentos en que eligen una zona para deliquinr por sobre otras y una metodologías que se ponen de moda. Estos dos factores hacen que se haga más difícil la prevención”, indica Rusconi.

Las modalidades delictivas que más preocupan hoy a los platenses son cuatro. La principal es la entradera y no sorprende cuando se observa que de las 41 muertes registradas como consecuencia de hechos delictivos en lo que va del año, 20 ocurrieron en episodios de este tipo.

La segunda modalidad que preocupa es el accionar de los motochorros.

La tercera que mencionan es una variedad del delito en moto: la de los wheelie-chorros, que destruyen las puertas de las casas colocando sus vehículos en posición vertical.

Por último, les preocupa el arrebato callejero, del que suelen ser víctima los chicos en edad escolar y las personas que esperan el colectivo, una situación considerada crítica en todos los barrios.

Pero a los referentes vecinales  consultados no sólo les preocupa la alternancia de estas modalidades. También  muestran inquietud porque en todos estos tipos de delitos el grado de violencia que se ejerce sobre las víctimas es creciente. 

Otro de los aspectos que preocupa es que las víctimas suelen ser los más vulnerables: ancianos que viven sólos o chicos que van a la escuela o vuelven de ella.

Florencia Arietto, abogada especialista en seguridad, considera que “más allá de las modalidades que adopta el delito en un momento determinado, hay una matriz que se repite cuando y que no cambia. En ella aparecen elementos repetidos: connivencia policial, ineficacia de la justicia y del servicio penitenciario y  falta de políticas sociales, que favorece la exclusión. Y, sobre todo, ausencia de una inversión fuerte que vayan a fondo contra un problema que es multicausal y complejo”, opina.

 

 

 

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