Los hombres que tejen “crochet” para luchar contra los estereotipos de género
Edición Impresa | 13 de Noviembre de 2017 | 04:10

Hombres Tejedores, un colectivo alumbrado en Chile y multiplicado en otras partes del mundo que reúne a varones interesados en el tejido para, de alguna manera, romper estereotipos de género, desembarcó también en nuestro país, donde realizará, el 26 de noviembre, el Primer Encuentro Público para practicar crochet, telar o la técnica a dos agujas en el porteño Parque Centenario.
La propuesta, tan sencilla como disruptiva, fue difundida a través de su página de Facebook.
“Invitamos a todos los hombres que tejen, o que quieran aprender a tejer, a nuestro primer encuentro público. El encuentro es abierto y gratuito. Traigan ganas de compartir experiencias y aprender”.
TEJIDOS VIRALIZADOS
La idea nació el año pasado en Chile, luego de que un grupo de hombres, que se reunía periódicamente puertas adentro para aprender y compartir la actividad, publicó en las redes un video de 32 segundos en los que se ve a cinco varones conversando mientras tejen y toman el té, que alcanzó de inmediato 4,8 millones de reproducciones y fue compartido 70.300 veces.
“Yo asistía a un taller con un profesor y una tarde, en medio de la clase, subimos un video nuestro que se volvió viral. En ese momento nos dimos cuenta que teníamos un mensaje socialmente importante para entregar”, dijo Javier Olivia Pérez, miembro fundador de la agrupación que estará al frente de la experiencia argentina.
Animados por la reacción en las redes, con el objetivo de “visibilizar los estereotipos de género”, el grupo de varones agrupados en “Hombres tejedores” comenzó a tejer al aire libre, a la vista de todos, en encuentros mensuales.
El segundo video que publicaron en su cuenta de Facebook fue una performance: nueve hombres vestidos de traje, sentados en el centro financiero de Santiago, entrelazando lana fucsia entre dos agujas y a sus pies un cartel con la frase: “Romper los estereotipos de género nos transforma en una sociedad más justa y más tolerante”. El posteo tuvo 53 mil reproducciones.
COSA DE HOMBRES
“Yo soy diseñador de interiores y como hace algunos años comenzó cierto boom de la lana, me propuse aprender para hacer mis propias cosas”, contó Olivia Pérez.
En lo personal dice que no le costó presentarse como “un hombre que teje”, pero en el curso descubrió que muchos compañeros “lo hacían encerrados en sus casas o en habitaciones para no ser estigmatizados porque existe un fuerte mensaje heteronormado de que hay cosas bien vistas para hombres y otras para mujeres”.
La agrupación, que este año desembarcó en Argentina, ya replicó estas tareas en Alemania, Portugal, España y Brasil.
Winelvi Alfonzo es otro integrante de este colectivo internacional. En su caso es venezolano, politólogo, tiene 31 años, desde hace dos y medio vive en Argentina, y su vínculo con el tejido se remonta al 2001, cuando sus primos le enseñaron a tejer pelotas rellenas con arroz para jugar al fútbol.
“A la semana ya sabía hacer siete tipos distintos de punto, porque mis tías tejían mucho y me prestaron revistas”, cuenta.
“Yo era muy irreverente, y a los 15 años me llamaban la atención porque me subía al bus a tejer y me decían ‘no puedes hacerlo aquí’”, recuerda Alfonzo, quien actualmente maneja las redes sociales de Hombres Tejedores en Argentina.
También Francisco Muñoz, un chileno de 30 años que se encarga de la parte de prensa de la organización en Argentina, empezó a tejer viendo a su madre.
“A mi hermana le enseñaban los puntos y a mi me ponían a desenredar la lana, hasta que me aventuré a pedirle que me explicara también a mí. Si bien tenía un poco de resistencia, me explicó de buena gana y desde entonces nunca paré”, asegura Muñoz.
CHARLAS ENTRE PUNTOS
La tarea creativa, además de bienestar y tranquilidad, permite, según aseguran los varones tejedores, “tener momentos de diálogo genuino”.
“Cuando te juntás con otros hombres a tejer, la conversación se hilvana de la misma manera que la lana, en un recorrido largo, incierto, que te permite hablar de muchísimas cosas de una manera fluida”, sostiene Muñoz.
“Pero tejer entre hombres también es un hecho político, porque apunta a reivindicar un espacio que hetero normativamente no está dado para nosotros; a reestructurar los roles de género y a romper ese paradigma donde el hombre no debe tejer”, agrega Alfonzo.
“Lo que queremos es generar un espacio de encuentro como puede ser el fútbol o la cerveza. Es salir del clóset del tejido”, concluyó.
Mientras tanto, entre punto y punto, estos varones anuncian el primer encuentro de Hombres Tejedores de Argentina, que se realizará, con entrada libre y gratuita, el 26 de noviembre a partir de las 10.30 frente al Hospital Naval Pedro Mallo, en el porteño Parque Centenario.
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