El sanguinario capo de todos los capos jamás se arrepintió

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Totò Riina, el “capo de todos los capos” de la Cosa Nostra, la mafia siciliana, murió sin mostrar nunca arrepentimiento por los cientos de asesinatos que cometió y ordenó, como el de los jueces antimafia Giovanni Falcone y Paolo Borselino en 1992.

Riina fue el padrino de los Corleones y “capo de capos” de todas las familias de Cosa Nostra, sus tentáculos llegaron a altos niveles de la política y desafió al Estado con atentados.

Durante sus apariciones en los numerosos juicios que afrontó y por los que fue condenado a 26 cadenas perpetuas nunca demostró arrepentimiento ni colaboró con la Justicia, enterrando así numerosos secretos de la historia criminal y política del país.

Riina le declaró la guerra al Estado y sobre todo al llamado “pool antimafia”, el equipo de fiscales encargado de investigar delitos de Cosa Nostra. Conocido t como “U Curtu” (”el corto”) por su baja estatura, nació en Corleone, en la isla de Sicilia, el 16 de noviembre de 1930.

Riina inició su carrera criminal con 18 años cuando fue condenado por un asesinato durante una pelea y en 1956 al salir de la cárcel por reducción de la pena entró a formar parte de los sicarios de Luciano Leggio.

Se distinguió inmediatamente por su ferocidad y falta de escrúpulos por lo que tras aniquilar a todo el clan rival de Michele Navarra, médico y jefe de los Corleoneses, Leggio le hizo su brazo derecho. (EFE)

 

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