Otra muerte en La Plata que nos golpea duro
Edición Impresa | 9 de Noviembre de 2017 | 02:39

Irene Bianchi
irenebeatrizbianchi@hotmail.com
Paso por la escena del crimen, 510 entre 11 y 12, Ringuelet, a la vuelta de mi casa. Todos los canales de televisión. Grupitos de vecinos, consternados, hablando por lo bajo, enmudecidos por el dolor. Abril se llamaba la nena asesinada el domingo a la madrugada por un delincuente que hizo estallar el vidrio del auto en el que ella y su familia regresaban de una fiesta. ¿El botín? Sólo la billetera del padre. No. Mucho más que eso. Se llevaron una vida. La vida de una criatura, alumna del Normal 1. Se llevaron la vida de sus padres, de su hermanita, de sus tíos, abuelos, primos, compañeritos de escuela. Se llevaron la vida de un barrio asolado hace años por estos malvivientes. Abril es la víctima 41 de un homicidio en lo que va del año en la Región, según consigna EL DIA.
Los vecinos de mi cuadra hemos pagado una alarma vecinal de nuestros bolsillos, ante tamaña indefensión. Todos votamos por la colocación de cámaras en el Presupuesto Vecinal, y aún las estamos esperando.
A quien corresponda: estamos HARTOS de que nos roben y nos maten. Estamos HARTOS de vivir enrejados y asustados. Estamos HARTOS de saber que la policía SABE dónde están estos asesinos, y no hace NADA. NADIE nos cuida. NADIE. Y estamos HARTOS.
Las autoridades son, o deberían ser, nuestros servidores públicos. Pues, por lo visto, no sirven. No nos cuidan. No nos protegen. Por acción u omisión, permiten que nos sigan matando. ¿Cuántas Abriles más deberán morir antes de que hagan algo? Es su deber. Su responsabilidad.
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