Los chilenos no son como los argentinos

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Hay gestos que valen más que mil palabras. Hablan de convivencia democrática, de un accionar en común, más allá de las diferencias políticas, y también de ayudar al adversario circunstancial cuando se trata de gobernar.

Ayer el candidato oficialista de Chile, Alejandro Guillier, no sólo reconoció la derrota apenas dos horas después de finalizadas las elecciones y se mostró junto con el ganador al ir a felicitarlo por su “contundente” triunfo. Pero no fue el único gesto. También la actual mandataria, Michelle Bachelet, se comunicó con quien fue su antecesor en la presidencia y la sucederá, para felicitarlo delante de las cámaras de televisión. “Usted y yo queremos a nuestro país y lo mejor para todos”, le dijo. Pero fue más lejos aún, ya acordaron que a partir de hoy comenzarán a trabajar en forma coordinada para la transición que terminará en marzo. En nuestro país hay una “grieta” y ni siquiera hubo traspaso del poder en el último recambio presidencial.

Son gestos, y algo más...

 

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