Revelan que el submarino debía entrar en reparaciones durante 2018

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Un informe de la Marina, que el Gobierno conoció recién en los últimos días, de acuerdo a una nota periodística publicada por el diario Clarín, había advertido que el snorkel había fallado en un viaje anterior hecho por el mismo submarino, porque por el uso de ese instrumento, el agua marina se filtró hacia el interior del buque aunque sin alcanzar las baterías. Un desperfecto no extraordinario para una nave de estas características.

Así quedó asentado por escrito en un documento oficial del 5 de septiembre último: el agua se coló por el snorkel y fue detenida por un “piletón” interno que resguarda a la máquina de entradas súbitas de líquido que pondrían en peligro todo su funcionamiento. Un problema que un submarinista experimentado sabe que puede pasar, porque suele pasar.

Pero ese documento interno de la base de la Armada en Puerto Belgrano también sugería que debido a ese percance, que no llegó a mayores, el San Juan debía entrar a talleres de reparación en el 2018.

El Gobierno detectó esta información cuando inició una investigación interna en la Marina sobre el estado del San Juan. Pero no llegó a una conclusión determinante, ya que el ARA San Juan realizó otros viajes después, sin reportar problemas.

Además, el submarino fue chequeado durante 48 horas en Ushuaia por su tripulación antes de zarpar por última vez, y hay constancias oficiales de que el sistema de la nave funcionaba sin problemas, según destacó su propia tripulación.

Con el antecedente de las filtraciones anteriores, las hipótesis que se manejan es que algo falló nuevamente en el snorkel en medio del océano, quizás como resultado de mareas y olas muy altas, que terminaron por provocar que el agua salada entrara por ese sistema y desbordara el piletón que antes había servido para evitar una tragedia.

Aquella información de la “falla” del snorkel en septiembre, cobra ahora otro significado mayor.

Según señaló la misma publicación, de acuerdo a fuentes oficiales quedó confirmado que la base de Puerto Belgrano no elevó esa cuestión a sus superiores de la Marina, sobre todo al jefe, el almirante Miguel Hipólito Srur.

Otro antecedente es el del año 1996, cuando el San Juan estaba en el puerto de Mar del Plata y sus baterías se incendiaron.

Fuentes navales confirmaron que los marinos tardaron dos días en lograr apagarlas, y en toda la ciudad de Mar del Plata faltaron extinguidores de fuego debido a las compras que la Marina realizó para calmar esos fuegos que no dejaban de arder en el submarino.

Ahora, las baterías también habrían jugado un rol fundamental para su desaparición.

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