En Milán, el Papa almorzó con presos y usó un baño químico

Edición Impresa

ROMA.- El papa Francisco hizo ayer su primera visita como Pontífice a Milán, en un día cargado de actividades en el que superó las expectativas de convocatoria en los heterogéneos escenarios que recorrió en la ciudad del norte italiano, donde se movilizaron más de un millón de personas durante las 10 horas de su permanencia que incluyó un almuerzo con 100 presos, entre ellos una mujer argentina.

Y no pasó inadvertido que durante una parte de su asistencia a la ciudad, utilizara un baño químico preparado para los asistentes a una multitudinaria misa lo que se convirtió en un episodio inédito para un Papa.

“Vengo como sacerdote”, dijo Francisco apenas pasadas las 9 locales (5 de Argentina) al iniciar una visita que incluyó además un desayuno con una familia musulmana en la periferia y una misa para más de 1 millón de personas en la vecina Monza antes de terminar con un “cara a cara” con 80.000 jóvenes de entre 12 y 15 años en el estadio San Siro.

“Con ustedes me siento en casa”, les dijo horas después a los detenidos de la prisión de San Vittore, donde saludó a un grupo de 150 reclusos y almorzó con otros 100 de los 896 alojados, casi 300 más de las plazas disponibles.

Tras las visitas, sorprendió a los presentes al utilizar uno de los baños químicos dispuestos para la gente.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE