Un partido que cambió todas las costumbres
Edición Impresa | 16 de Abril de 2017 | 05:26

No es común que un partido de fútbol de Primera División en la Argentina se juegue a las 11 de la mañana. Por eso, no fue un compromiso más para Newell’s y Estudiantes, cuyos planteles, hinchas y trabajadores tuvieron que modificar todas sus costumbres y rutinas.
Por ejemplo, los jugadores albirrojos se levantaron más temprano de lo habitual en un día de partido. El despertador en cada habitación sonó a las 7:30, porque a las 8:15 comenzó el desayuno, que no fue como siempre, sino más abundante, con frutas, cereales y jugos. Claro, los deportistas debían llegar al inicio del partido con todas las energías.
La charla técnica se realizó a las 8:50 y para las 9:30 el colectivo trasladó al plantel desde el Ros Tower hasta el Coloso Marcelo Bielsa. A la hora que normalmente amanecen los jugadores un día de partido, ayer estaban realizando el precalentamiento con 20 mil personas gritando.
Ni mejor ni peor, distinto. Así fue el partido para los protagonistas que ayer modificaron sus rutinas para jugar un encuentro a las 11 de la mañana, por todos los problemas organizativos que acompañaron la realización de tal espectáculo.
A la hora del encuentro, el sol pegó fuerte e hizo calor. Lo sintieron los protagonistas y también los hinchas, principalmente los que tienen abono en la platea techada, el lugar más caro del estadio: el sol, al mediodía, “perforó” los cobertores y el primer tiempo lo tuvieron que mirar con la mano haciendo visera arriba de sus ojos.
También le cambió los hábitos a los hinchas y a las decenas de personas que hacen un dinero alrededor de un partido de fútbol.
Por ejemplo, la cancha recién se completó en su totalidad cuando las agujas del reloj habían pasado las 12 del mediodía, algo raro teniendo en cuenta la pasión con la que se vive el fútbol en esta ciudad.
Al momento que llegaron los cronistas de este diario, alrededor de las 8 de la mañana, se encontraban unas 100 personas durmiendo en el verde del Parque de la Independencia, luego de una noche de viernes que, al parecer, fue “furiosa” para esos jovencitos.
Al contrario de lo que sucede en la previa de cada partido, esta vez no hubo puestos de choripán y hamburguesas, sino que se pasearon varios vendedores de café. Algunos les agregaron medialunas para hacer una diferencia económica mayor.
Eso sí, todo lo que no vendieron los puestos de comida rápida sí lo hicieron al término del partido. La gran mayoría de los presentes en el Coloso se quedaron a comer en el espacio verde que está en el corazón de Rosario, ayer superpoblado por el día soleado, por el partido y por el recital que ofreció la serie pop juvenil Soy Luna en el hipódromo.
Como hace una década contra Gimnasia de Jujuy en La Plata, como algunos partidos en la B Nacional y como hace 23 años ante Huracán en 57 y 1, Estudiantes volvió a jugar un partido oficial de mañana. Seguramente quedará en el recuerdo.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE