Rajoy fue citado a declarar en juicio por financiamiento ilegal de su partido

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El presidente del gobierno español, el conservador Mariano Rajoy, tendrá que declarar como testigo en el juicio por el caso de corrupción Gürtel, uno de los escándalos más graves de la historia de España vinculado a miembros del oficialista Partido Popular (PP), según resolvió ayer el tribunal que juzga estos hechos. Se trata de una decisión sin precedentes en la Justicia española, puesto que Rajoy se convertirá en el primer presidente del gobierno en ejercicio que declara como testigo ante un tribunal en juicio oral. El socialista Felipe González lo hizo primero en fase de instrucción en la investigación por la actuación del grupo parapolicial GAL en la lucha contra la organización separatista vasca ETA, y luego en 1998 cuando ya era ex presidente.

Los magistrados, que aún no fijaron la fecha de la citación, adoptaron la decisión por dos votos a favor y uno en contra pese al rechazo de la Fiscalía Anticorrupción y la Abogacía del Estado, que consideran “inútil y redundante” que Rajoy declare como testigo en el proceso que juzga la primera etapa (1999-2005) de la gran trama de corrupción.

Rajoy tendría que declarar de forma presencial ya que, de acuerdo con la ley española, “sólo si hubiese tenido conocimiento” de los hechos que se juzgan al ser o por ser presidente, tendría la prerrogativa de hacer un descargo por escrito, según informó la prensa española. En este caso, los presuntos delitos que se juzgan llegan hasta su primer año al frente del PP, pero entonces no desempeñaba su actual cargo.

El caso Gürtel, destapado en 2009 por el juez Baltasar Garzón, fue el germen de otras causas, como la de la “Contabilidad B” del PP, que descubrió un sistema de pago de donativos de empresas que sirvieron para financiar ilegalmente al partido conservador. Parte del dinero en negro era entregado por el entonces tesorero del PP, Luis Bárcenas (así lo declaró él mismo ante la justicia), a miembros de la cúpula del PP, incluido Rajoy. El principal acusado es el cabecilla de la trama, el empresario Francisco Correa, quien orquestó una red de empresas y sociedades que pagaban favores al PP a cambio de contratos públicos, gestión de eventos y campañas electorales. El nombre del caso proviene de que Gürtel es como se dice correa en alemán.

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