Video: “Rompe-puertas” concretaron otro golpe brutal en el barrio La Loma
Edición Impresa | 4 de Abril de 2017 | 02:05

“Como en un operativo comando” y destruyendo la puerta de calle como si nada, dos delincuentes irrumpieron en una casa de 47 entre 29 y 30 para robar el domingo a la noche, cerca de las 20.30.
Los estampidos sorprendieron a Norma (64) y a su marido, de 75 años y con dificultades para movilizarse. A cara descubierta y cada uno con un arma, los ladrones sometieron a amenazas a la pareja.
“A los dos nos tiraron al suelo. Creí que a mi marido lo habían lastimado mal porque lo vi inmóvil. (Los delincuentes) nos empezaron a pedir dólares, algo que no tenemos”, relató la mujer, consultada por este medio.
Algo de la furia de los intrusos se disipó cuando ella levantó las manos y les ofreció darles todo el dinero que tenía. No obstante, la siguieron intimidando con golpes en la cabeza con las armas.
“No era para lastimarme, sino para que tuviera miedo. Me dijeron que si llegaban a encontrar más plata me pegaban un tiro”, siguió Norma.
Los delincuentes también robaron una notebook, una cámara de fotos y otras pertenencias. Al salir, fueron al encuentro de un tercer sujeto que los esperaba en un auto “blanco y nuevo”, según lo que se supo. Ese vehículo no pudo ser identificado por los investigadores que intervienen en el caso.
Al matrimonio lo dejaron encerrado con llave en su cuarto. La mujer tuvo que gritar con insistencia para que una vecina la fuera a rescatar.
Minutos más tarde llegó la policía y se montó el operativo para tratar de encontrar a los ladrones. También se realizaron pericias por parte de la división Científica.
Norma se animó a vincular este caso con un intento de robo que padeció hace 20 días en la puerta de su casa, cuando salía a trabajar a la mañana.
“A uno lo mordí y lo pateé. Además, pasó justo alguien en auto que tocó bocina y los ladrones se tuvieron que ir. Para mí que se quedaron con las ganas de aquella vez y volvieron. Pero la verdad es que no alcancé a verlos”, reconoció.
Esa fue la única explicación posible que encontró para un golpe pensado de antemano, pero en el que los asaltantes evidentemente pretendían encontrar más dinero.
Trascendió que, a pocas cuadras y hace algunas semanas, también habrían irrumpido con esa misma modalidad de tumbar abajo la puerta, para después barrer con gritos y amenazas de toda clase.
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