El ataque químico en Siria reabre el enfrentamiento entre Rusia y EE UU

Moscú niega que el gobierno de Assad sea responsable de la masacre, tal como sostiene Washington

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Rusia negó ayer que el presidente de Siria, Bashar Assad, sea el culpable por un ataque con armas químicas y afirmó que seguirá respaldándolo, aumentando la brecha entre Moscú y el presidente de EE UU, Donald Trump, quien ha tratado de mejorar las relaciones con el Kremlin.

Países de Occidente, incluyendo a EE UU, culparon a las fuerzas armadas de Assad por el peor ataque químico en Siria en más de cuatro años, que provocó el martes la muerte de decenas de personas (se estima que más de 100 civiles) por asfixia en la ciudad de Khan Sheikhun, un área controlada por los rebeldes y que ha sufrido ataques aéreos del Gobierno.

GAS NERVIOSO

Para Washington, las muertes fueron provocadas por gas nervioso sarín lanzado por aviones sirios, pero Moscú ofreció una explicación alternativa: indicó que cree que el gas venenoso se filtró de un depósito de armas químicas de los rebeldes alcanzado por bombas sirias. Un funcionario de alto rango de la Casa Blanca dijo bajo condición de anonimato que “no creemos” en la explicación rusa.

EE UU, Gran Bretaña y Francia propusieron un borrador de resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que culparía a Damasco. Pero Rusia aseguró que la decisión es “inaceptable” y está basada en “información falsa”. La embajadora de EE UU ante la ONU, Nikki Haley, pareció amenazar con acciones unilaterales si el Consejo de Seguridad no se pone de acuerdo en el caso al decir que cuando Naciones Unidas no actúa colectivamente, algunos Estados deben hacerlo por sí mismos.

Por su parte, Trump describió el ataque como “horrible” e “indescriptible” y lo calificó como una “terrible afrenta a la humanidad”. “Esos actos de odio del régimen de Aswad no pueden ser tolerados”, agregó el mandatario, sin dar detalles de qué acciones podría llevar a cabo EE UU. En una clara advertencia sobre el cambio de tono de su Gobierno, Trump dijo que su actitud respecto a Siria y a Assad ha cambiado. “Ahora estamos hablando de otro nivel, completamente diferente”, remarcó.

Videos publicados en las redes sociales mostraron imágenes de civiles en el suelo, algunos convulsionando y otros ya muertos, mientras trabajadores médicos trataban de lavar los cuerpos de varios niños para quitarles los restos de químicos.

En tanto, la organización humanitaria Médicos sin Fronteras (MSF) informó que ocho personas que fueron tratadas por personal del grupo tras el ataque presentaron síntomas consistentes con agentes nerviosos como el gas sarín (estado de inconsciencia, dificultad para respirar, vómitos y pupilas dilatadas) .

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) y otras ONGs indicaron que el ataque dejó más de 100 muertos.

El comandante del grupo rebelde Ejército Libre de Idleb, Hasan Haj Ali, calificó la declaración rusa como una “mentira”. “Todos vieron el avión cuando estaba bombardeando con gas”, comentó desde el noroeste de Siria. “Todos los civiles en el área saben que no hay posiciones militares ahí, o lugares para la fabricación de armas. Las varias facciones de la oposición no son capaces de producir estas sustancias”, agregó.

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