Teatro - Crítica
Edición Impresa | 10 de Mayo de 2017 | 03:35

Por Irene Bianchi
“Mapa del Tiempo”, de y por Cristian Palacios. Escenografía e iluminación: Facundo Domínguez. Vestuario: Yanina Pastor. Diseño sonoro: César de Medeiros. Diseño gráfico e imágenes: Gastón Malgieri. Entrenamiento actoral: Pablo López. Dirección general y puesta en escena: Daniela Martín. Teatro Estudio, calle 3 entre 39 y 40. Viernes 21.30 hs.
La primera imagen que uno recibe al toparse con la ambientación escenográfica de “Mapa del Tiempo”, se asocia casi automáticamente con el poema de T. S. Eliot, “The Waste Land”, traducido como “La Tierra Baldía”. Un basural, una ciénaga, un pantano, paisaje apocalíptico de un planeta al borde de la extinción.
Y, emergiendo de esa nada, un personaje que cuenta historias, que hilvana relatos en los que se mezclan realidad y ficción, mitos, teorías sobre el origen y evolución del universo, leyendas, guerras, persecuciones, sobrevivientes fugitivos, animales que hablan y muertos que callan. Y el tiempo, implacable; voraz gusano que todo lo devora.
El texto escrito y protagonizado por Cristian Palacios rehúye cualquier interpretación simplista. Resulta evidente que su intención como dramaturgo es perturbar e incomodar al espectador, plantearle enigmas sin regalarle ninguna respuesta clara. Cada cual hará su propia lectura, y será material de charla y discusión post-teatro.
Como actor, Palacios hace gala de una notable versatilidad al encarnar numerosos personajes, adueñándose del espacio escénico, transformándolo y resignificándolo en el transcurso de la pieza. Un “tour de force” intenso y extenuante.
El clima ominoso imperante se matiza con algunas bienvenidas pinceladas de humor, que ayudan a contrarrestar la solemnidad y complejidad del texto. Es más, subrayar esos oportunos “recreos” que distienden, e incluso insistir abiertamente con ese recurso, redundaría en beneficio del conjunto.
La puesta de Daniela Martín es ágil, al servicio de este intrincado mapa.
La escenografía es un logrado correlato visual de este pandemonium dantesco que reclama “Mapa del Tiempo”. Lo mismo podría decirse del vestuario.
El diseño sonoro contribuye a crear el inquietante clima buscado.
“Mapa del Tiempo”: el teatro como disparador.
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