La figura que los sanciona es excarcelable
Edición Impresa | 21 de Mayo de 2017 | 02:50

El problema parece de difícil solución con los operativos policiales comunes. Quienes andan en rodados ilegales suelen esquivar los controles y hasta se avisan entre sí para que otros eviten donde “están parando”. Pero también porque, en el caso de que les decomisen el vehículo y los manden unas horas al calabozo, irán a buscar rápido otra nueva ni bien puedan.
El delito de “encubrimiento” castiga a quien circula en un vehículo que se presume ilícito. Es un cargo excarcelable, por eso muchos policías desisten de una persecución peligrosa. Así lo admiten por lo bajo: “Si salgo a correr a un pibe que tiene la moto con el número de motor limado o toda desarmada, es probable que pueda tener un accidente por seguirlo o que me ataquen a tiros. Y si lo agarro, está preso un rato. ¿Para qué me la voy a jugar?”.
Además, los motochorros echan mano de todos los recursos con tal de zafar de la policía: cruzar semáforos en rojo, andar en zig-zag o a contramano.
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