Continúan los injustificables ataques a piedrazos en la autopista La Plata-Bs. As.
Edición Impresa | 12 de Junio de 2017 | 02:24

Una vez más la autopista La Plata-Buenos Aires volvió a dejar claras evidencias de la falta de seguridad existente para quienes la transitan, expuestos a lo largo de su recorrido a los ataques a piedrazos y, también, a otros incidentes que, como la aparición de animales sueltos en la calzada, se traducen en episodios que resultan tan peligrosos como inexplicables puesto que se habla de una obra que integra una de las llamadas vías rápidas y, por ello, con los recaudos técnicos de infraestructura y de vigilancia que debiera suponer.
En esta oportunidad fue apedreado un colectivo que venía repleto de niños y jóvenes de entre 6 y 16 años de edad que volvían de participar de una jornada deportiva. Afortunadamente ninguno de ellos resultó herido, aunque el micro sufrió la rotura de tres vidrios, a raíz de ese ataque cometido por desconocidos en el tramo correspondiente a la bajada de la Autopista en nuestra zona.
Según declaró el conductor del transporte, una de sus primeras reacciones fue la de dudar si el ataque se había perpetrado por los agresores para después robar a quienes viajaban en el colectivo o si se trató de un acto de puro vandalismo. En realidad, esa incertidumbre que es lógica se ha visto agravada, en muchas ocasiones anteriores, por el hecho de que los pasajeros resultaron seriamente heridos por las pedradas. Como se recordará, existen antecedentes dramáticos en este sentido. Ello, sin dejar de considerar que los conductores, al sentir que estallan los vidrios, pueden realizar en forma involuntaria alguna maniobra brusca y el colectivo vuelca.
¿Qué es lo que esperan, entonces, las autoridades policiales para actuar con absoluta eficacia e identificar y reprimir a estos “especialistas” en realizar ataques a piedrazos contra los vehículos que circulan por la Autopista? ¿Qué todo termine, alguna vez, en una verdadera tragedia? Cabe recordar que hace una semana hubo un ataque contra el micro de otra empresa, en el mismo lugar y también sin heridos.
Se conoce, asimismo, que en muchas de las anteriores oportunidades los ataques se registraron en el mismo tramo que corre metros antes de la bajada hacia la diagonal 74, sobre la mano de ingreso a La Plata.
Tal como ocurre desde hace años, los piedrazos siguen volando contra los automovilistas o pasajeros de líneas de ómnibus. En esta oportunidad, tal como lo dijo el conductor, la Policía se acercó hasta el lugar del ataque y le dijo al chofer que le convenía sacar la unidad del camino, porque los atacantes se la iban a romper toda.
La Autopista no puede ni debe ser ni seguir siendo tierra de nadie. En años anteriores se registraron intentos de asalto con hombres fuertemente armados con escopetas, también a metros de la bajada de diagonal 74. En esa misma zona se encuentra ubicado un destacamento policial, ante cuyas propias narices se vienen produciendo muchos de los graves ataques a los automovilistas.
Si bien la seguridad debe irradiarse a todas las áreas públicas y privadas del territorio, es inconcebible que en un espacio que se supone cerrado y sometido a un régimen de concesión por peaje -con costos que, por cierto, también corren para los usuarios- la suma de esos aportes no sirva para generar los mínimos niveles de seguridad que es dable exigir.
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