Por qué los fans lloran la “muerte” temprana de la serie de Netflix “Sense8”

Especialistas opinan que la diversidad que volvió valioso al show podría haberle jugado en contra en el final

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Netflix sorprendió al universo seriéfilo al anunciar la semana pasada que cancelaba “Sense8”, la serie creada por las hermanas Wachowski sobre ocho desconocidos distribuidos alrededor del mundo que se conectan emocional y espiritualmente.

La serie presentaba varios desafíos para el espectador, desde su trama coral y la siempre distractoria convención de que todos los personajes hablen inglés, hasta una trama que mezclaba a los géneros de la ciencia ficción y el fantástico con las habituales obsesiones de las Wachowski, que vuelven a explorar la biopolítica, la identidad, el racismo, la sexualidad, el género y la religión en esta obra.

Pero a pesar de estas temáticas complejas, el show ganó importante seguimiento en las redes sociales, motivo por el cual la decisión de cancelar la serie generó un eco mucho más audible entre los sorprendidos fans, que hace cuestión de meses habían visto la fe de Netflix en el show renovarse con la realización de un especial de Navidad previo a la salida de la segunda temporada.

LA EXPLICACION

Los motivos esbozados por Netflix tienen que ver con un cambio en su política: tras años de invertir millones y millones (su presupuesto trepa ya a 6 mil millones de dólares, casi seis veces más que su competidora HBO) buscando encontrar qué funciona y qué no en términos de audiencia y prestigio (que les permite atraer más subscripciones) el gigante on demand parece haber frenado su frenesí y comenzar a tomar una postura más conservadora.

Los especialistas afirman que no se trata tanto de una crisis, que evidentemente no atraviesa la compañía, sino de modificar la conducta aplicando lo aprendido hasta el momento sobre el paladar de la audiencia global.

Esto explicaría que la empresa, tras un historial de prácticamente cero cancelaciones, dio de baja dos “tanques” en cuestión de semanas, primero “The Get Down”, la apuesta del cineasta Baz Luhrmann, y luego “Sense8”.

Pero Reed Hastings, CEO de la empresa, eligió ponerlo de otra manera: para él, Netflix debería estar triplicando su actual ritmo de cancelaciones, porque eso implicaría que la empresa está tomando más riesgos y empujando la televisión a nuevas fronteras.

La explicación no satisface a los fans de “Sense8”: el programa era, justamente, uno de los shows más osados de la televisión actual, con un elenco multirracial, un elevado tono sexual y una complejidad temática desafiante. Según la teoría de Hastings, “Sense8” hubiera sido la serie a sostener, cortando a cambio otras producciones más convencionales que no agregan valor a la grilla “vanguardista” del servicio on demand.

Ocurrió lo contrario, para muchos un reflejo de que Netflix no se maneja con el tipo de racionamiento curatorial esbozado por Hastings, sino por los números (que se niega a divulgar): y aunque “Sense8” hubiera acaparado un gran seguimiento entre jóvenes, quizás no era visto por otras franjas que no dominan las redes sociales (y que en muchas ocasiones son las que pagan el abono), sumando a eso el alto costo de un programa dirigido por dos estrellas del cine (las creadoras de “Matrix”) y que se rodaba en cinco continentes.

Pero fanáticos del envío y especialistas señalan que hay todavía otra razón que no hay que descartar. “Entre los programas cancelados por Netflix, ¿notan algún patrón?”, se preguntaba retóricamente Maureen Ryan, crítica de TV para Variety, antes de responderse: “Todos tenían protagonistas que no eran hombres blancos”, y sumaba a la tendencia a otros shows cancelados en la misma semana por otras señales, y con las mismas características.

DIVERSIDAD

¿La diversidad del programa, que había convertido al programa en un producto valioso para una industria que busca ser más progresista e inclusiva, se le volvió en contra? Así denunciaron miles de memes en las redes sociales, señalando que el fin del programa indicaba el fin de la celebración de una diversidad real y sin bajada de línea o estereotipos políticamente correctos en la tevé; y la crítica de la revista estadounidense afirma que, cuanto menos, hay motivos para “estar preocupados”.

Para Ryan, la inclusión en la tevé, tanto en términos de historias como de quienes las escriben, ha progresado en los últimos años donde las diferencias de salarios entre hombres y mujeres y la falta de representación de las minorías dejó de ser tema tabú y pasó a ser uno de los ejes de protesta dentro de Hollywood. “Y todos los años se cancelan muchos shows”, afirma, más cuando se producen 500 programas por año en una televisión cada vez más competitiva.

Pero que esta ola de cancelaciones se de en el marco de la Estados Unidos de Trump no deja de alarmar a la periodista. Y probablemente, si esta hipótesis tiene algo de cierto, no se trate ni siquiera de una decisión consciente de Netflix, sino, simplemente, de un cambio de intereses en la audiencia global, que como el mundo, quizás haya realizado un giro hacia el conservadurismo, y eso se haya traducido en números negativos para la segunda temporada del vanguardista show de las Wachowski, que, atrapada en medio de una transición ideológica, ha muerto una muerte prematura.

 

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